Nacionales El Gobierno buscará enfriar la actividad en el Congreso  La intención es no estresar el vínculo con el sector opositor que suele acompañar al oficialismo y seleccionar las iniciativas que requieren una ley; es un efecto de la traumática iniciativa jubilatoria El Gobierno buscará enfriar la actividad parlamentaria. El costo político que significó la aprobación de la reforma previsional, con una baja significativa de la imagen del presidente Mauricio Macri , dejó una enseñanza en la Casa Rosada. Con la justificación de evitar un desgaste innecesario, el oficialismo elegirá mejor sus batallas en el Congreso.
Tres hechos de la última semana sirven para explicar la estrategia que desplegará este año el oficialismo en el Parlamento: pasó el debate de la reforma laboral para las sesiones ordinarias, evalúa suspender la convocatoria a sesiones extraordinarias y publicó un megadecreto con 170 medidas que simplifican una serie de procedimientos y aceleran procesos que permitirán darle mayor competitividad a la economía.
"Tenemos que aprender a gobernar sin tanta ley", reconoció uno de los principales asesores del presidente Mauricio Macri. El integrante del Gabinete, que participó de las negociaciones que llevaron a la aprobación del nuevo cálculo para las jubilaciones, agregó: "Todavía hay muchos en el Gobierno que no tomaron dimensión de lo que pasó en el Congreso, de lo duro que fue".
Otro de los motivos tiene que ver con la nueva composición del Congreso. El ingreso de la expresidenta Cristina Kirchner en el Senado abrió un foco de resistencia dentro de la conducción del bloque peronista. El Gobierno se siente cómodo y está conforme con el liderazgo de Miguel Ángel Pichetto y no lo quiere exponer en "batallas en las que no esté garantizado el resultado".
Algo similar ocurre en la Cámara baja con Emilio Monzó , al que el presidente Mauricio Macri le agradeció la forma en la que manejó los tiempos y las formas en la última sesión del año. Las espadas de Cambiemos en el Congreso también están de acuerdo con el nuevo plan de acción. "Hay que medir los tiempos políticos antes de avanzar. Hay un montón de marco normativo que quizá evite la necesidad de una nueva ley", dijo una altísima fuente de la Casa Rosada. De hecho, les hicieron llegar el mensaje a algunos ministros para que gestionen sin demandar nuevas leyes.
Este nuevo escenario no es leído puertas adentro del Gobierno como un tema sensible. "¿Qué pasa si la oposición se junta y decide no aprobar ninguna ley más? Absolutamente nada. No vamos a ceder en nuestra vocación de construir consensos. Pero somos el Gobierno y vamos a conducir los cambios", describió un funcionario que habla a diario con el Presidente.
Y no le fue mal a la Casa Rosada en la construcción de "consensos" en el Congreso. Como adelantó LA NACION hace una semana, en los dos primeros años del gobierno de Mauricio Macri, el Congreso sancionó el 72,4 por ciento de las iniciativas que le remitió el Poder Ejecutivo. "Hay muchos proyectos de ley que ayudarían, pero ninguna es un pasa o no pasa para el futuro de la Argentina", explicó otro integrante del Gabinete que se quedó en Buenos Aires durante las dos primeras semanas del año.
Si bien la decisión está tomada, algunos integrantes del Gobierno prefieren esperar el regreso de Macri y del jefe de Gabinete, Marcos Peña -ambos regresan hoy de sus vacaciones en Villa La Angostura y Uruguay, respectivamente- para darle un marco conceptual a la determinación.
"Terminó el año en medio de la locura que se vivió en la calle... Todavía tenemos que juntarnos y ver qué aprendimos de lo que pasó en diciembre", reflexionó un ministro, que deslizó que este tema podría discutirse esta semana.
El Gobierno dividió las leyes que necesitaba aprobar por bloques: el fiscal, que logró la sanción de todas las normas que envió al Congreso; otro que incluía la reforma previsional y la reforma laboral, que quedó a mitad de camino, y el institucional, que quedó incompleto.
En la hoja de ruta del oficialismo quedarán para las sesiones ordinarias de este año la demorada reforma laboral, que solo verá la luz si la CGT realiza un "compromiso explícito"; la modificación de las leyes del Consejo de la Magistratura y del Ministerio Público; la reforma política, y el traspaso de la Justicia Nacional a la Capital, entre otros.
Aunque nadie lo reconocerá públicamente, en el Gobierno ya trabajan en la reelección de Macri. Por eso, buscan evitar una nueva ola de violencia y de protestas callejeras, como las que desató parte de la oposición durante el debate de la reforma previsional.
La decisión de cambiar el cálculo de los haberes jubilatorios impactó en los números del Presidente. No solo cayó la imagen presidencial, sino que también bajó la expectativa en el futuro, uno de los motores de la construcción del relato macrista. Pero, si bien se encendieron las alarmas, la tranquilidad volvió rápidamente.
En este caso no fue por mérito propio. Es que en la Casa Rosada están convencidos de que no hay nadie en la oposición capaz de capitaliza el mal humor social que se evidenció en diciembre y confían en que recuperarán algunos puntos a medida que avance el año.
"Las malas noticias se terminan este año", aseguraron cerca del Presidente.
Fuente: La Nacion
Domingo, 14 de enero de 2018
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