La ruta del dinero K Hallan pruebas de las bóvedas Sospechas de corrupción. En el expediente hay datos precisos sobre los lugares donde Lázaro Báez guardaba dólares y euros. El arrepentido Fariña dijo que conoció varios de esos reservorios de efectivo.
Dólares con champagne. Una fortuna en efectivo oculta en lo que aparentaba ser una bodega, a su vez, repleta de botellas de espumante exquisito. Ése era uno de los métodos con los que el empresario Lázaro Báez habría escondido parte de los fondos multimillonarios que generó gracias a contratos públicos otorgados por el Gobierno de sus socios, los Kirchner.
Esas bóvedas, a su vez, bodegas, estaban equipadas con dispositivos para atesorar el “cash”, algo que también se hacía en escondrijos más primarios. Cajas enterradas en la tierra.
La causa judicial conocida como “La Ruta del Dinero K” sumó testimonios, pruebas, indicios concretos y documentos de importancia variable sobre los secretos de las “bóvedas” sureñas.
El 8 de abril, el imputado en el caso del lavado y preso por evasión en otra causa Leonardo Fariña sorprendió al juez Sebastián Casanello cuando le notificó que declararía bajo la figura penal del “arrepentido”.
Su testimonio fue apabullante. El fiscal Guillermo Marijuán decidió imputar a la ex presidenta Cristina Kirchner, entre otros ex funcionarios del último gobierno nacional.
Fariña dio datos ese día de las “bóvedas” que poseía su ex jefe Báez. Dijo que conoció una de ellas en la chacra en la que vivía Lázaro antes de caer preso. Según afirmó el “arrepentido”, los millones que vio allí, y que supo que estaban repartidos en varios lugares similares, provenían “del negocio que tenía en común Néstor Kirchner con Lázaro Báez”.
Los detalles de las “bóvedas” que constan en el expediente, aun no constatados por la Justicia, exceden a los que se conocen hasta ahora por aquel primer testimonio de Fariña.
Clarín pudo reconstruir más “secretos” de las “bóvedas” de “La ruta del Dinero K”. Siempre según el relato de fuentes de la causa, los investigadores analizan otros puntos e inmuebles en los que Báez habría escondido dinero en efectivo –dólares estadounidenses y también euros– en montos multimillonarios.
En las “bodegas” en las que el empresario solía atesorar su champagne preferido, también instaló casilleros para guardar fajos de esas divisas extranjeras.
Y a su vez utilizó cajas para enterrar de modo literal más plata aún. Es por eso, dijo Fariña en la Justicia, que algunos billetes terminaban arruinados por la humedad y los “hongos”.
En la causa también consta que en esas “bóvedas” se guardaban, según testigos, armas largas, como “ametralladoras”.
Siempre según testimonios verbales y documentados en el expediente, Báez también habría levantado en terrenos que no se identificarán para no entorpecer el accionar judicial, diferentes construcciones, que a simple vista, podrían confundirse como funcionales para la dinámica de las casas de alrededor.
En su interior no habría más que dinero y dinero en efectivo.
Serían “bóvedas” de gran tamaño.
Alrededor de esas construcciones extrañas, siempre según información del expediente, habría diferentes custodios con armas pesadas.
Esos “soldados del dinero K” trabajarían formando diferentes “anillos” de seguridad, copiando los protocolos de las custodias policiales.
¿Están esas propiedades registradas a nombre de los Báez?. Se trata de un enigma que develará la Justicia. O no. Fariña dijo en su primera declaración que la plata que llegaba desde el sur a Buenos Aires viajaba por aire, y también por tierra, en camionetas Toyota Hilux, siempre cuidada por miembros de fuerzas de seguridad.
Los mismos modelos de Hilux se utilizan, afirmaron testigos judiciales, para que los custodios contratados por el empresario kirchnerista den vueltas alrededor de las “bóvedas” y las “construcciones” que guardan dinero K. Veinticuatro horas por día.
El “arrepentido” Fariña también especificó que los multimillones de la fortuna que identificó como de Baéz y de Kirchner también se solían depositar en cajas de seguridad de la financiera “SGI” –conocida en el mundo de los funcioanrios y los negocios del kirchnerismo como “La Rosadita”, por su estrecha relación con la Casa de Gobierno–; y agregó que podía repartirse en otras “cuevas” de la city o Puerto Madero.
El “arrepentido” describió el lugar exacto en la que se encontraba uno de esos “tesoros” porteños, y hasta enumeró la supuesta clave para abrir la caja fuerte que estaba allí.
Báez también habría usado departamentos de la Ciudad de Buenos Aires para guardar su fortuna oculta. Y hasta la “Casa de Santa Cruz”, un organismo público.
Fariña dice que a partir de 2010 ese dinero empezó a viajar por tierra hacia Chaco. Báez había comprado una constructora en esa provincia.
En el 2013 el programa PPT, de Jorge Lanata, por Canal 13, denunció que Lázaro tenía una “bóveda” en su casa de Río Gallegos, basándose en pruebas presentadas en la Justicia por la dirigente de Cambiemos Mariana Zuvic. Él lo negó.
En la causa de “La Ruta del Dinero K” constan ahora nuevos testimonios sobre las “bóvedas”. Un protagonista de esta trama afirmó ante el juez que quienes estaban encargados de trasladar siempre ese dinero eran los hijos del hoy preso Báez. Tanto Martín, imputado en la misma causa que su papá, como su hermano Leandro.
Fuente: Clarín
Domingo, 24 de abril de 2016
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