Sociedad Aluvión de argentinos en Brasil: llegarán más de dos millones durante el verano Muchos eligieron veranear allí, están los que van todos los años y los que se decidieron por primera vez aprovechando la actual coyuntura cambiaria.
"Parece que ahora Brasil está más accesible, por la devaluación del real. Pero al menos en nuestro caso eso no influyó, vamos por primera vez con nuestros dos hijos, que ya están en edad de viajar en avión", cuentan Diego y Alejandra Larroca, a punto de viajar a Barra da Lagoa, una de las tantas playas de Florianópolis, que por estos días comienzan a recibir a los más de dos millones de argentinos que eligieron Brasil para pasar sus vacaciones. Los datos fueron brindados por el ente brasileño de Turismo (EMBRATUR), y han sido reconfirmados por el ministro argentino del área, el cordobés Gustavo Santos, "sin que por eso se vea perjudicada la plataforma turística argentina", aclara.
Decime qué se siente. Seguramente, la canción que explotó en suelo brasileño cuando el Mundial 2014 será mucho más ruidosa en el verano 2016. Al menos, habrá cientos y cientos de miles de gargantas argentinas más para entonarla. En cada match playero de futbol, de vóley, de lo que sea, en cada "boteco", en cada reunión pública donde haya algún brasileño dentro de la vasta franja que va desde la sureña Uruguaiana hasta las playas más agrestes del Nordeste. En rigor, según consignó Tiempo Argentino, la cifra de vacacionantes argentinos en Brasil crecerá notablemente en relación al año pasado: sólo la venta de paquetes aumentó un 50% para enero y febrero. ¿A qué se debe este aluvión?
"En primer lugar, a la fuerte devaluación del real, que abarató los costos para los argentinos, que además tienen más facilidades para adquirir dólares", explica a Tiempo Damián Di Pace, al frente de la consultora Focus Market. "Sucede que la devaluación del peso argentino compensa y rinde a la de Brasil, cuyo real acumula una depreciación del 70 por ciento".
“Las compras en los supermercados brasileños resultará más barata para los veraneantes que las que puedan realizar los turistas en los comercios de la costa local".
En ese contexto, la eliminación del recargo del 35% a los gastos de tarjeta de crédito en el exterior puede haber significado otro impulso para el éxodo de turistas hacia el país vecino, en detrimento de los destinos nacionales habituales, como la Costa Atlántica, donde las reservas aún no llegan a los altos niveles de demanda que tuvieron en los años anteriores.
"¿Por qué Brasil y no nuestro país?", repreguntaba Carolina Irazábal, de Burzaco, mientras preparaba las valijas para viajar el mismo 1º de enero: "Tenemos dos hijos ya en edad de hacerlo, Joaquín, de cinco, y Agustina, de tres, y además los precios no están tan altos como en otros años".
Para Federico Iaría, de la empresa Servicio Internacional de Turismo S.A., la explosión argentina en Brasil se debe a que otros destinos –el Caribe, por ejemplo– se encarecieron: "Las tasas de impuestos para ir al Caribe están muy elevadas y eso encarece el costo final del viaje. En cambio, Brasil trabajó bien en los preparativos de la temporada y logró precios razonables". Para él, el ocaso del llamado "cepo cambiario" no jugó tan fuerte como para explicar todo el fenómeno. "No tenía gran impacto con el turismo a Brasil porque no había inconvenientes con los operadores grandes. Sí hubo una retracción después del balotaje del 22 de noviembre porque directamente no había precios de referencia. Se tuvo que retarifar todo".
Las reservas de los argentinos apuntaron mayormente al sur de Brasil, con Florianópolis, como en otras épocas, en un destacado primer lugar, porque lo cierto es que son cada vez más los que decidieron llegar en automóvil, no sólo los de las provincias del Noreste sino también muchos porteños, para tener mayor comodidad para moverse allá, y ahorrando en pasajes.
"Hoy Brasil es una buena opción. A sus virtudes geográficas y sociales, se le suma una situación económica que favorece el turismo argentino", concluye Di Pace. “Las compras en los supermercados brasileños resultará más barata para los veraneantes que las que puedan realizar los turistas en los comercios de la costa local, por la devaluación de allá y la inflación acá. Una lata de 350 cc de cerveza cuesta el equivalente a 10 pesos en Brasil y acá no baja de 15".
Cuatro claves para que el viaje rinda más
Conviene usar para todos los gastos que lo permitan la tarjeta de débito, puesto que las operaciones se registran el mismo día de la transacción, lo que evita padecer el temor de las fluctuaciones cambiarias.
Evitar, por la misma razón, la tarjeta de crédito, porque registra el pago al cierre del resumen mensual. En cualquier caso, el recargo del 35% por gastos en el exterior fue eliminado por el nuevo gobierno.
Procurar llevar dólares o reales, no pesos para cambiarlos en Brasil. Precisamente, la reciente devaluación del peso y el nuevo escenario cambiario que instaló pueden redundar en una merma del poder adquisitivo del turista argentino que intenta hacerse de moneda local una vez arribado.
Lo recomendable es llevar sólo un 25% de lo que se programa gastar en efectivo –pesos, reales o dólares– y obligarse al uso de tarjeta de débito para el resto, en un país como Brasil, bien preparado para las transacciones electrónicas cotidianas.
Tres familias en el Morro
Los Faivelis, los López y los Aller están desde el 26 de diciembre en Morro de Sao Paulo, donde pasaron las Fiestas de fin de año y planean quedarse casi 15 días más.
El eje masculino lo componen Rodolfo Larroca, Christian López y Federico Aller, amigos de la infancia en Adrogué. "Es la primera vez que viajamos a Brasil las tres familias juntas. Antes lo hacíamos a la Costa", dice Federico a Tiempo, y asegura haber ignorado adrede todos los pronósticos económicos previos. "Imaginate que nos decidimos en noviembre, y ahí mismo contratamos pasajes y estadía. No nos enloquecimos con lo que iba o podía pasar. Nos dijimos que era este año y punto. ¿Los precios? Igual que allá, pero Brasil es otra cosa", añade su amigo, Christian.
El contador, sin sorpresas
Hace dos meses que Jorge Iriarte no duerme. "Tengo miedo a viajar en avión, no lo hice nunca", dice, a escasos minutos de abordar su vuelo rumbo a Florianópolis. Él y María, su esposa, llevan por primera vez a su hijo Tomás de vacaciones a las playas del país vecino. "Sí, Jorge está al tanto de todo en términos económicos, y me dijo que este era el año para viajar, porque las cosas están mucho más accesibles en Brasil respecto de Mar del Plata. Así que imaginate que si él lo dice, que es contador, cómo no hacerle caso", dice ella. "No es que saqué cuentas, pero sí me mantuve informado sobre la economía brasileña y la argentina, leyendo todo lo que se me cruzaba. Esperemos que la información sea fidedigna, y que no nos llevemos sorpresas. Aunque ya pagamos lo más duro, la hostería con desayuno y los pasajes. A lo sumo comeremos panchos todos las noches, que dicen que allá son exquisitos, nada que ver con los de acá", cierra Jorge.
El mar cálido o el mar helado
Para Diego Larroca no se trata de un paisaje extraño. Al contrario: todos los años, desde hace casi una década, la familia Larroca pasa fin de año en Brasil, y esta vez no fue la excepción. "Y encima ahora nos ayuda el cambio, pero la verdad es que ya nos convencimos de que, por una u otra razón, vacacionar en la Costa Atlántica siempre es más caro que hacerlo en Brasil", dice, posando con su mujer, Analía, y sus hijos Mika y León. "De todos modos, hay otras razones en la elección: las playas, el mar cálido, la seguridad de dejar a los chicos con gente capacitada en recreación", añade Analía. Y redondea la idea con una anécdota: "León pasó unos días con una familia amiga en Pinamar. Vino espantado, él, acostumbrado a pasar las vacas en Brasil. 'Está lleno de gente, y el mar es helado', llegó a casa gritando".
Fuente: INFOnews
Lunes, 4 de enero de 2016
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