Nacional Por unas "pocas monedas", el Gobierno compró un problema "gratis" y despertó viejos fantasmas entre inversores La decisión del Banco Central de no darle apenas u$s260.000 al Chaco para cumplir con su deuda en dólares generó fuertes ruidos en el mercado y disparó los seguros "antidefault" ubicando a la Argentina en segundo lugar en grado de riesgo, por debajo de Grecia Debe ser muy difícil encontrar en la historia económica reciente del país, y aun en el exterior, un episodio en el que el incumplimiento de un vencimiento de apenas u$s260.000 haya generado semejante ruido en el mercado, incluso cuando no se tenga una medida cierta de su magnitud y alcance total.
La reacción de los inversores fue de manual: fuga masiva de todos los bonos públicos dolarizados, sin importar que fueran nacionales o provinciales, o cuál era la ley que los amparaba.
Mariano Peretti, de la consultora Maxinver sostuvo que "la señal no es buena. Lamentablemente, por apenas 260.000 dólares el Estado argentino quedó mal parado por este episodio".
Es por ello que cayeron abruptamente sus cotizaciones, desde los cupones atados al PBI a los bonos de la Provincia de Buenos Aires, en magnitudes propias de los llamados "días negros".
Como consecuencia de ello, los indicadores que miden el riesgo de impago -como por ejemplo el Credit Default Swaps (CDS) o seguros "antidefault"- viene acumulando subas desde el pasado viernes, cuando se conoció la noticia de la decisión adoptada por el gobierno de Chaco.
El Credit Default Swap es un contrato que compra el inversor para asegurar el cobro de los bonos.
Es obvio que la abrupta suba del riesgo de default argentino es perjudicial tanto para el Gobierno como para los potenciales emisores locales, más aun cuando empresas como YPF están intentando colocar grandes cantidades de deuda en el exterior.
Cabe señalar que el martes, dicho seguro para un plazo de 5 años saltó con una fuerza inusitada, pues se encareció en unos 125 puntos básicos, para volver a romper el techo de los mil puntos, ya que se ubicó en las 1.028 unidades.
De esta manera, se situó en el segundo lugar a nivel mundial, sólo superado por Grecia, y ensanchó notoriamente su diferencia con Venezuela, pese a que luego del triunfo de Hugo Chávez en las elecciones del pasado domingo, este indicador se incrementara en casi un 9 por ciento.
La trascendencia de los CDS es notoria, pues mide el costo de asegurarse de un hipotético default que, en el caso argentino, representa un millón de dólares por cada diez millones.
Adicionalmente, de su lectura surge que la probabilidad de un default en los próximos cinco años supera el 50 por ciento.
Si se compara dicho costo con el de España, el mismo es tres veces mayor y, en el orden regional, con esta nueva suba, multiplica por diez al de Brasil, Colombia o Perú, que promedian los 100 puntos básicos (su riesgo de una eventual cesación de pagos ronda el 10 por ciento).
Cabe señalar, no obstante, que este nivel aún está lejos de los 1.515 puntos básicos alcanzados el 1 de junio, cuando casualmente se disparó por temores similares de "pesificación" de deuda.
En ese momento, el fantasma que asustó al mercado -y que luego fuera ahuyentado- estaba referido al pago del Boden 2012. Sin embargo, a diferencia de aquel entonces, ahora todo bono argentino quedó bajo la lupa.
Cabe apuntar que, en sentido inverso, cuando se aprobó la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central (BCRA), inversores y analistas consideraron que se había alejado el riesgo de un incumplimiento por parte de la Argentina, pues se descontaba que se podía a apelar a las reservas para afrontar las obligaciones.
A raíz de ello, el costo para asegurar bonos del país cayó con fuerza en los días posteriores, hasta tocar un piso de 770 puntos.
En aquel momento, analistas internacionales como Daniel Chodos, del Credit Suisse, afirmaron que "el cambio en la Carta Orgánica del Banco Central fue una buena noticia en el corto plazo para los tenedores de bonos".
"La gente piensa que en corto plazo la probabilidad de incumplimiento es bajo debido a la capacidad y la disposición a pagar por parte del Gobierno", agregaba entonces.
En cuanto al otro medidor por excelencia del humor del mercado con respecto a los títulos públicos, el denominado "índice de riesgo país" que mide el JPMorgan, también escaló con fuerza a partir del pasado viernes, para volver a los 890 puntos básicos.
Cabe apuntar que dicho banco, a través de un comunicado expresó que "la inesperada negativa por parte del BCRA a vender divisas a un gobierno provincial para pagar bonos en dólares bajo ley local es perjudicial para el mercado".
Pero también aclaró que, pese a ello, "la medida no afectaría a otras emisiones en dólares bajo ley extranjera (sean provincias o corporativos) y soberanos tanto jurisdicción local como foránea".
El silencio oficial jugó en contra Algunos analistas consultados por iProfesional.com consideran que la incertidumbre en torno a este episodio jugó un papel clave a la hora de determinar la magnitud de la caída.
Por un lado, reprochan el silencio que envolvió la decisión de parte de la Caja Nacional de Valores y el Banco Central, que sólo el miércoles emitió un escueto comunicado en el que ratificó que el Estado nacional no tendrá problemas para cancelar sus compromisos, pero que en el caso de los bonos provinciales solo se pagarán aquellos con legislación extranjera (ver nota: Un "cisne negro" irrumpe en el mercado: el default técnico de Chaco abre panorama incierto tras pesificación compulsiva).
Para sumar un poco más de confusión, se conoció que la Caja de Valores, que es el organismo encargado de distribuir los fondos entre los tenedores de los bonos, se negó a concretar los pagos al considerar que no se atenía a las condiciones de emisión.
Como contrapartida, se rumorea con que la caída de las cotizaciones habría sido mucho mayor de no haberse especulado con una posible vuelta atrás en la decisión del Gobierno de Chaco.
Pero así como surgieron voces críticas por esos silencios, también hubo palabras que aumentaron la tensión de los operadores.
Así, por ejemplo, algunas de ellas las pronunció el propio vicegobernador de la Provincia de Buenos Aires, Gabriel Mariotto, quien aplaudió la decisión de Chaco y dijo que daría su apoyo al gobernador Daniel Scioli si también decide "pesificar" los títulos en dólares.
"Me parece muy bien lo que pasó y Daniel (Scioli) lo tendrá que coordinar con su ministra de Economía. El antecedente del Chaco es muy importante y es valorable", sentenció.
Apenas conocidas sus declaraciones, los bonos provinciales acusaron el impacto: los que vencen a mediano plazo retrocedieron un 2,5%. En tanto, las series 2015 y 2013 retrocedieron el 2,4 por ciento.
Para Sabrina Corujo, de Portfolio Personal, "el Banco Central, al no autorizar la operación de Chaco se compró un problema gratis cuando -justamente- y luego de bastante tiempo, los miedos a una ´pesificación´ habían logrado calmarse en el mercado".
"Es gratis porque aunque los títulos en iguales condiciones son pocos -en concreto de Tucumán, uno de Formosa y dos más del Chaco- esto genera serias dudas sobre la capacidad de afrontar compromisos en dólares por parte de las provincias y de las empresas privadas", agregó Corujo.
Pese a este episodio, desde la consultora Quantum, dirigida por el ex secretario de Finanzas, Daniel Marx, sostuvieron que "no vemos que este procedimiento se aplique a los bonos soberanos denominados en dólares bajo ley local. Esto es así porque el Tesoro Nacional tiene previsto los mecanismos necesarios a través del Fondo de Desendeudamiento (Reservas del Banco Central) para obtener las divisas".
Merece apuntarse que los títulos argentinos son catalogados como "high beta", es decir que son extremadamente sensibles a los cambios de humor del mercado.
Esto se confirma en la práctica con lo sucedido en las últimas ruedas, pues, ante situaciones adversas, los inversores reaccionan con ventas masivas.
Fuente: Iprofesional
Jueves, 11 de octubre de 2012
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