Río de Janeiro Otro espanto en cárcel: al menos 30 muertos  Al menos 30 reos fueron asesinados ayer en una prisión del norte de Brasil, y a algunos de ellos les arrancaron el corazón y los intestinos, durante una serie de homicidios encabezados por la pandilla más grande del país, señalaron las autoridades.
La masacre ocurrió apenas unos días después de que 60 presos murieran durante un amotinamiento en dos prisiones en un estado vecino, y ello ha incrementado los temores de que la violencia pudiera extenderse incluso a las calles de grandes ciudades.
Las pandillas compiten por influencia y territorio tanto dentro de las prisiones como en las favelas, en donde a menudo se centran sus operaciones de narcotráfico.
También se ha convertido en un punto focal para el Gobierno del presidente Michel Temer, cuya administración ya lidia con una crisis económica y las crecientes acusaciones de corrupción. Las autoridades en el estado de Roraima, en la frontera con Venezuela, señalaron que solicitaron ayuda al Gobierno federal en más de una ocasión para enfrentar la crisis carcelaria, pero que no se les envió apoyo.
“Es una crisis nacional”, dijo Uziel Castro, secretario de Seguridad del estado en el que ocurrió la más reciente masacre.
Asesinatos en serie
Castro indicó que la serie de asesinatos comenzó a las 2.30 de ayer en la Penitenciaría Agrícola de Monte Cristo, en la localidad de Boa Vista. Dijo que fue encabezada por miembros de la pandilla Primer Comando, la mayor organización criminal del país, que se asienta en San Pablo.
Afirmó que los miembros del Primer Comando no atacaron a miembros de una pandilla rival sino a otros prisioneros, por motivos aún no esclarecidos.
“No hubo confrontación alguna, fueron una serie de asesinatos”, subrayó Castro. “Fueron actos bárbaros. Algunos decapitados, otros con el corazón y los intestinos afuera”.
Castro dijo que no se usaron armas de fuego y que no escapó ninguno de los 1.500 internos recluidos en la prisión con capacidad para 700 personas.
Si bien se sospecha, no está confirmado si hay alguna relación con los grotescos disturbios de inicios de semana en el estado vecino de Amazonas, del que las autoridades culparon a una lucha entre las pandillas rivales del Primer Comando y la Familia del Norte, que se disputan el control de las prisiones y las rutas del tráfico de drogas en el norte de Brasil, a lo largo de las fronteras con Bolivia, Colombia, Venezuela, Perú y Guyana.
Un comunicado de la Policía señaló que sus agentes, incluyendo un escuadrón antimotines fuertemente armado, se desplegaron en la prisión. “La situación no está fuera de control. Es solo otra situación complicada”, afirmó un funcionario nacional.
Fuente: La Voz
Sábado, 7 de enero de 2017
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