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Impuestos Los 7 impuestos que gravan el 82% de la actividad financiera  Es sorprendente la ignorancia de los legisladores sobre la renta financiera.
La media sanción de la reforma al Impuesto a las Ganancias, expuso a la política. Casi todos analizaron los errores de estrategia del oficialismo y la oposición.
Pero lo que más sorprendió a los contribuyentes, a los que van a ser beneficiaros o damnificados de la reforma, es la ignorancia de los legisladores sobre el sistema financiero a quien ha elegido como el cuerno de la abundancia para reemplazar lo que se dejaría de generar el Impuesto a las ganancias.
Confeccionaron una tabla explicando como el juego, el mercado de futuros, la renta financiera y el restablecimiento de las retenciones mineras compensarían la caída de la recaudación de ganancias.
Lo que ignoran los legisladores o los economistas que ayudaron a diseñar ese proyecto, es que 82% de las operaciones financieras están alcanzadas por algún tipo de impuesto, tales como:
1. El más injusto de todos es al cheque, sobre los créditos y débitos bancarios excluidos el depósito del salario y del haber jubilatorio y pensiones, que se lleva 1,2% de cada movimiento de la cuenta corriente bancaria. Este impuesto, que nació en los 90 ideado por el ex ministro de Economía Domingo Cavallo, era de 0,6% y permitía ser deducido de IVA y Ganancias, lo que no sucede ahora.
2. Cuando un cliente del banco toma un préstamo personal paga 15% de IVA sobre los intereses y otro 21% sobre el seguro de vida que le hace el banco.
3. Si el préstamo fuera hipotecario pero no se destina a primera vivienda, hay que agregarle el seguro del departamento y el consiguiente 21% de IVA. Por si fuera poco, aunque la vivienda no sea íntegramente del comprador, porque tiene una hipoteca por hasta el 70% del valor escriturado, paga 0,75% de Patrimonio Neto por el valor total de la propiedad, además del 1,5% del ITI (Impuesto a la Transferencia de Inmuebles).
4. Si el ahorrista o inversor compra acciones, paga al agente de Bolsa una comisión 1% más IVA de 21%. Dentro del 1% de lo que cobra el agente de Bolsa está incluido 11% de ingresos brutos e Impuesto a las Ganancias.
5. Cuando se distribuye el dividendo de las acciones, la empresa le retiene al ahorrista 10% y el agente de Bolsa cobra una comisión de 1%. Las acciones además pagan 0,75% anual de Patrimonio Neto.
6. Impuesto a la distribución de dividendos. El accionista de una empresa paga antes de la distribución de las ganancias el 35% al fisco nacional, pero aún así los legisladores de la oposición quieren duplicar el cargo sobre el remanente de las utilidades que reciba.
7. También se paga medio por 0,5% de comisión al agente de bolsa por la compra de Bonos del Estado. Estas operaciones están exentas de gravámenes porque sería absurdo castigar al que le presta dinero al Estado.
Caminos conocidos de elusión de nuevos impuestos
Pero como el proyecto de ley de cambios en Ganancias y creación de impuestos que cuenta con media sanción de Diputados quiere gravar las utilidades en bonos por más de $300 mil, no saben que el mercado es más veloz que ellos. Cuando el monto de dividendos exceda esa suma armarán tantas cuantas comitentes como sea necesario para repartir el dividendo y protegerlos del Estado.
En la mente de los reformadores de Ganancias hay ideas absurdas que pueden ser parte de la ignorancia –lo que sería grave- o porque están buscando votos – que es más grave aún-.
Ellos proponen gravar la renta de las Lebac. Estos bonos los emite el Banco Central para regular la circulación monetaria, y con ello la inflación. El que coloca su dinero en estas Letras, le presta dinero al Estado y, si hay un gravamen, se lo cargará al Estado en la tasa. Si el Estado no acepta pagar más, se quedará sin demandantes. Si lo acepta, la mayor tasa la pagarán todos los contribuyentes, en particular los tomadores de crédito.
Gravar las colocaciones financieras hará subir las tasas de interés y afectará el objetivo del ministro Alfonzo Prat-Gay de que baje el costo del dinero para incentivar la inversión y la creación de empleos (Adrián Escandar).
Lo mismo sucede con los plazos fijos. Quieren gravar los de más de 1 millón de pesos. Acá hay varios caminos para eludir la imposición. A través del banco se pueden colocar el dinero en cauciones bursátiles que tienen una amplia garantía y pagan una tasa similar al plazo fijo. También pueden hacer plazos fijos en cuentas distintas para no superar ese tope o directamente pedirle al banco que le pague más tasa para compensar el impuesto con lo que le encarecerá el crédito a las empresas. En otras palabras, al castigar al ahorro se castiga a la inversión.
Gravar las colocaciones a plazo fijo alentará la diversificación y la suba de las tasas de interés.
Lo absurdo –en esta cacería de votos para 2017- es que Sergio Massa propone que en vez de plazo fijo el dinero vaya a actividades productivas. Por supuesto, que no va a considerar a las acciones como una inversión en el sector productivo.
Inversiones de riesgo
Puede suceder que proponga invertir en un fondo de inversiones de YPF para extraer más petróleo ¿Qué sucede si falla la perforación o cae más el precio del petróleo? El ahorrista pierde su dinero. El trabajador que se sacrificó ahorrando sus excedentes pasa a ser la víctima de una propuesta electoral que tiene una música que endulza los oídos pero amarga los bolsillos.
Lo del mercado de futuros no resiste el menor análisis. Tomó formas especulativas con el Gobierno anterior porque se lo utilizó para frenar al dólar "blue". Se le inyectó una enorme masa de dinero y generó enormes ganancias a los particulares. Pero habitualmente opera poco volumen porque es un lugar adonde van principalmente importadores y exportadores a tomar seguro de cambio para operar de una manera predecible.
En el mercado de dólar a futuro operan principalmente exportadores e importadores en busca de un seguro de cambio para sus actividades.
El precio del dólar futuro es el del presente más la tasa de interés que corresponde al plazo al que quieren cubrirse. Por caso, quien hace una operación a fin de febrero paga el precio actual más una tasa anual de 23%, lo que implica cubrirse con un dólar a 16,82 pesos. De esta manera, el empresario sabe que cuando llega esa fecha puede hacer la operación con ese valor del dólar para evitar sorpresas. Poner un impuesto a un mercado de cobertura, es destruirlo y aumentar la volatilidad. Esto produce más riesgo que se transformará en más costo y mayores precios.
Fuente: Infobae
Lunes, 12 de diciembre de 2016
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