Política Corrupción: Impacta en Brasil la confesión de un senador sobre Dilma y Lula da Silva Crece el escándalo de las coimas en Petrobras
Es el ex jefe del bloque del PT. La Corte Suprema aceptó su testimonio en el cual revela que la presidente estaba al tanto de irregularidades en Petrobras y que Lula le pidió que sobornara a un director de la petrolera. En su declaración como “arrepentido”, el senador Delcidio Amaral –quién reconquistó su libertad luego de delatar—no deja títere con cabeza. Y crea, sin dudas, un gran nivel de incertidumbre sobre el futuro inmediato de la dirigente política brasileña. Menciona a la presidenta Dilma Rousseff, al ex presidente Lula da Silva, al vicepresidente Michel Temer y al ex candidato presidencial Aécio Neves que es presidente del opositor partido socialdemócrata, entre otros. Pero ayer, una noticia adicional hizo temblar la estructura del Palacio del Planalto: una grabación, difundida por la revista Veja, involucra al ministro Aloizio Mercadante, intimo de Dilma y Lula, en un intento de sobornar con “asistencia financiera” a Amaral mientras estuvo preso, a cambio de suavizar los términos de su delación.
Las extensas declaraciones del senador, que fue titular del bloque del PT en la Cámara Alta, subrayan que la presidenta Dilma Rousseff, en sus tiempos de ministra de Energía y titular del Consejo de Administración de Petrobras, estaba al tanto de todo el proceso de adquisición de la refinería Pasadena, en Estados Unidos, que según denunció fue comprada a valores sobrefacturados. El senador sostuvo que Rousseff a quien conoce desde hace 20 años, “es detallista y centralizadora”. Desde ese punto de vista, añadió, sería “como mínimo cuestionable” que ella no estuviera al tanto de cada uno de los componentes de la operación. Es más, juzga que la refinería en cuestión “era de conocimiento de todos”. Lo que incluiría al entonces presidente Lula da Silva.
Sobre Lula, el parlamentario afirma que el ex presidente está “afligido” por la Comisión de Investigación Parlamentaria que analiza el alcance de la corrupción en el Consejo Administrativo de Recursos Fiscales (CARF). Allí, una operación policial llamada Zelote descubrió un esquema de inspectores y directivos del organismo que no cobraban impuestos debidos por las grandes empresas y contribuyentes, a cambio de coimas.
Nada tiene que ver esto con el caso de Petrobras, llamado Lava Jato. Amaral afirma que él prometió “movilizar la tropa” en el Congreso para frenar la convocatoria a declarar, en esa CPI del Congreso, al lobbista Mauro Marcondes y su esposa. Dice también al respecto que “fuero derribadas” las citaciones a los hijos de Lula. En su descargo, Delcídio sostuvo: “No tuve una actitud republicana, pero actué como líder del gobierno” en el Senado.
La confesión sí carga luego sobre Lula al revelar que hubo una orden de Lula ya fuera del gobierno. Y es que el ex mandatario le habría pedido a Amaral que intermediara ante Néstor Cerveró, uno de los ex directivos de Petrobras, para que no implicara en su delación al empresario José Bumbai. También dijo que como ministra de Energía, bajo la gestión de Lula, Rousseff refrendó la designación de Cerveró como director de la petrolera estatal, a pesar que ella negó ese asunto. En esa gestión justamente Amaral acabó descubierto y detenido.
El senador no se ahorró nombres en su delación. Afirma que hubo muchas irregularidades que involucraron al bloque del Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB), además del líder de la oposición, el senador Aécio Neves, quien preside el Partido de la Socialdemocracia de Brasil (PSDB). En el caso de los pemedebistas deja pegado al jefe del Senado, Renán Calheiros; y a los senadores: Romero Juca, Edison Lobao (quien fue ministro de Energía de Dilma), Jader Barbalho, Eunicio de Oliveira y Valdir Raupp.
Sobre Aécio Neves, lo vincula directamente a la recepción de coimas en la estatal Furnas, una empresa que provee al menos la mitad de la energía consumida en Brasi. Ayer, Neves tuvo que salir a defenderse ante la prensa. Al vicepresidente Michel Temer lo vincula en forma directa al “escándalo” de la BR Distribuidora, una de las compañías del holding Petrobras, “por la adquisición ilícita de etanol entre 1997 y 2001”. Fue en la época del segundo gobierno de Fernando Henrique Cardoso. Recuerda que el hombre que puso en marcha ese esquema corrupto, João Augusto Henriques, es amigo íntimo y socio de Temer.
Ayer, mientras la oposición demandaba su renuncia, Mercadante negó las acusaciones en su contra. Dijo que no intentó impedir la delación de Amaral. Sostuvo que él ofreció “por solidaridad ayuda dentro de la legalidad al senador y su familia”. Sobre esa conversación, sostuvo que Dilma no estaba enterada y que será ella quien decida si sigue en su ministerio.
Fuente: Clarín
Martes, 15 de marzo de 2016
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