Sociedad Fiestas clandestinas: a un mes de la muerte de Yésica, no hay sospechosos detenidos La joven falleció en La Plata durante un evento ilegal. "Hubo zona liberada", dijo el padre a Infobae.
Yésica Emilia Uscamayta Curí murió en una fiesta clandestina que se realizó la noche del 31 de diciembre en una quinta con pileta localizada en la localidad de Melchor Romero, partido de La Plata, sobre la calle 520, entre 159 y 160.
Hoy se cumple un mes del hecho, cuyos detalles aún la Justicia debe esclarecer. En diálogo con Infobae, Juan Uscamayta, padre de la estudiante de periodismo de 26 años que murió, dijo: "No hubo avances en la investigación, no hay detenidos. La impunidad es total, y yo no me voy a quedar así".
A última hora del día, atiende el teléfono. Tiene casi 70 años y se lo escucha cansado. "Nunca pasé algo así, y no se lo deseo a nadie", dice.
Luego, agrega: "Tarde o temprano, tiene que haber Justicia. Nosotros estamos mal pero estamos movilizados. Hay gente que va a aportar datos, y de la misma forma pido que se acerquen todos los que sepan algo".
A las 11 de la mañana, en el Rectorado de la Universidad Nacional de La Plata, habrá una conferencia de prensa. La familia pedirá nuevamente resultados concretos en la investigación por la muerte. Estarán acompañados por autoridades de la institución y compañeros de la joven. El miércoles, por otro lado, habrá una movilización.
Trágica fiesta de Año Nuevo "Mi hija no tenía alcohol en sangre", aseguró Juan Uscamayta, citando la autopsia judicial, sobre la trágica noche en la que Yésica Emilia habría muerto ahogada en una pileta con la que contaba el establecimiento donde se realizó la fiesta ilegal.
Aún no hay detenidos, pese a que el fiscal Álvaro Garganta coincidió con el titular del juzgado de Garantías Nº 6, Fernando Mateos, en pedir la captura de Santiago Piedrabuena, Carlos Bellone y Raúl Ismael García. Los abogados defensores de los sospechosos interpusieron apelaciones que deben ser resueltas.
Los acusan de homicidio culposo y doble desobediencia, por haber ignorado las clausuras municipales.
"No había permisos, no había ambulancia, guardavidas. No había seguridad de ninguna clase. Había una zona liberada. Mis hijos fueron a una fiesta como cualquier joven", aseguró el padre de Yésica Emilia.
Según documentos judiciales difundidos por la agencia estatal Télam, los agentes municipales concurrieron tres veces al lugar. Una el 30 de diciembre a las 15.40 horas, donde "se notificó al titular de la quinta, Carlos Bellone, que se abstenga de realizar el evento".
El 31 de diciembre los agentes volvieron, redactaron nuevamente un acta, y hablaron con Raúl Ismael García. Pero la fiesta se realizó igual.
A las 4:12 del 1 de enero, Bellone firmó el Acta de Contravención 57734. Se estaban vendiendo entradas, había una barra donde se vendían bebidas alcohólicas, gazebos y equipos de música al aire libre.
"Se procede a la clausura preventiva, y se colocarán las fajas de clausura al finalizar el evento por carecer de apoyo policial para su desalojo", dice el acta.
Según la investigación preliminar, la joven fue retirada a las 9.30 de la pileta "con síntomas de asfixia", y una persona intentó reanimarla "hasta que reaccionó expulsando agua con mucosidad".
Las narraciones posteriores de los familiares, recogidas hace un mes por la prensa, son desgarradoras. "Un chico le estaba dando reanimación y le dieron una patada. Y a mi hija también. Estaba con vida. Los sacan a la calle y los abandonan", señaló entonces el padre.
"Cuando la sacaron de la pileta la dejaron tirada y la policía la encontró en la calle. La sacan, la quieren recomponer y la dejan tirada", narró, por su parte, la madre.
El abogado de la familia, Adrián Rodríguez Antinao, explicó en una entrevista con Contexto: "No se trató de un accidente o de una negligencia, sino más bien de un escenario mortal creado por los organizadores. Esto no es homicidio culposo, porque no hicieron nada cuando supieron que Emilia había muerto".
Uno de los presuntos responsables, Gastón Haramboure, es el único que piso la cárcel: para estar en la fiesta, violó un arresto domiciliario. Lo habían condenado a 10 años de prisión por entregar tres armas de fuego a las personas que, en 2009, mataron a Juan Andrés Maldonado en la puerta de un boliche en el conurbano bonaerense.
Además, actualmente la Justicia investiga si existió el pago de un soborno para la realización del evento.
Fuente: Infobae
Lunes, 1 de febrero de 2016
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