Sociedad La increíble historia detrás del joven policía baleado en Ranchos Refugiados laosianos llegaron en 1979, huyendo de la guerra civil, cuando la dictadura de Videla quiso limpiar su imagen internacional, y se establecieron en Misiones y en varios pueblos bonaerenses. "Una gran noticia hoy, Fernando va evolucionando y ya respira por sus propios medios." El texto lo comparte en Facebook Alicia Pengsawath, hermana de uno de los dos policías baleados el último día de 2015, supuestamente por parte de los tres fugados del penal de General Alvear. Fernando, de 22 años, fue herido de un disparo en el abdomen. Pero detrás suyo no hay sólo una historia personal, sino también colectiva: él integra la primera generación de laosianos nacidos en la Argentina, tras la llegada de 266 familias de ese país entre 1979 y 1981, cuando la última dictadura cívico-militar intentó lavar su imagen mientras llovían las denuncias internacionales por torturas y desapariciones, reveló Tiempo Argentino.
Así lo narra el informe "Refugiados del sudeste asiático en la Argentina: 30 años de historia", elaborado por el Ministerio del Interior de la Nación en 2012: "La decisión del gobierno de aceptar a un contingente de personas refugiadas resultaba una situación propicia para difundir una imagen internacional que lo mostrase respetuoso de los derechos humanos, las diferencias raciales o religiosas." Ante la convocatoria de la ONU, funcionarios militares viajaron a Laos y Camboya, sumidos en profundas crisis políticas, y seleccionaron quiénes vendrían a la Argentina bajo el concepto de "refugiados indochinos". Así se gestó la mayor inmigración laosiana en Sudamérica. Se instalaron sobre todo en Misiones, pero también llegaron contingentes a la provincia de Buenos Aires, a Rojas, Chascomús y Ranchos, el pueblo de los Pengsawath.
El presidente de la Comunidad Laosiana de Chascomús, Vanit Ritchanaporn, conoce a la madre de Fernando desde chico, cuando vivían en Vientiane, la capital de Laos, y ella era la mejor amiga de su prima. El destino los encontró de nuevo en la Argentina, país del que Vanit oyó hablar por primera vez en 1978, cuando el Mundial. Llegó a Ezeiza con 14 años, la tarde del 11 de noviembre de 1979, tras permanecer en un campo de refugiados de Tailandia.
"En Laos la situación era desesperante: millones como yo escaparon de una guerra civil que nunca fue declarada", cuenta Ritchanaporn a Tiempo. Allá quedaron su madre y cuatro hermanos, a los que recién pudo ver en 2011.
"La Argentina les dará trabajo, paz y libertad", rezaba un afiche en la Misiones del '79, pero la ayuda desapareció rápido y cada uno construyó su propia historia. "Mate, fútbol y malas palabras", fueron las primeras cosas que sorprendieron a Vanit, y lo más complicado sigue siendo el idioma. En 1994 llegó a Chascomús, con cien pesos y tres hijos. Allí viven hoy 232 laosianos.
Vanit comenta que, un poco a su pesar, varios jóvenes argentinos-laosianos optaron por el catolicismo en lugar del budismo que profesa la mayoría. Nunca olvidaron su lenguaje originario, y lo transmiten a las nuevas generaciones: "No queremos perder nuestras raíces, igual siempre le estamos agradecidos a este país." Él trabaja en una fábrica metalúrgica, y brinda masajes, lo que también le sirve para volcar a la comunidad algo de su cultura originaria. A los Pengsawath los ve seguido, en fiestas religiosas o cumpleaños. Fernando quiso desde siempre dedicarse a las fuerzas de seguridad. Resalta Vanit: "Él siempre quiso ser eso. Es su vocación. Sabemos que es fuerte y esperamos que vuelva a casa."
Jengibre y tereré: del sudeste asiático a la tierra colorada
Si bien la Junta Militar ofreció recibir a mil familias, sólo 293 arribaron al país. La mayoría provenía de Laos (266 familias) y el resto de Camboya (21) y Vietnam (seis). Sobre el final del programa, en marzo de 1984, contabilizaban 1471 personas. La dictadura había impuesto que no llegaran ni solteros ni ancianos. A fines de los '70, el sudeste asiático atravesaba la guerra de Vietnam, con la intervención estadounidense, y guerras civiles. En el caso de Laos, el Frente Patriótico Laosiano, sucesor del Pathet Lao, constituyó la República Democrática Popular Lao. La cantidad de emigrantes de esa región asiática se estimó en más de tres millones.
A Posadas, Misiones, llegaron 69 familias. Los derivaron originalmente cerca del río, pero con la construcción de la represa Yaciretá, pasaron a vivir en la ciudad, donde hoy tienen un barrio propio. En los primeros años sufrieron aislamiento y estigmatizaciones, al punto de que las fuerzas de seguridad misioneras llegaron a revisarles las heladeras, casa por casa, para comprobar que no tuvieran cuerpos adentro. Hoy ya no piensan en volver y en sus casas se funde el fuerte olor a jengibre con el tereré.
Fuente: INFOnews
Martes, 5 de enero de 2016
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