Educación "Las clases tendrían que empezar a las 10 AM" Médicos y científicos de las universidades de Oxford, Harvard y Nevada recomiendan que las clases comiencen a las 10 de la mañana. En el artículo Sincronizar la educación a la biología adolescente, publicado en la revista científica Learning, Media and Technology, piden que las clases se adapten a las necesidades de los alumnos y no a las de los adultos.
Casi todo el mundo cree que los adolescentes deben ir a dormir pronto para levantarse temprano. Pero los adultos son los que deberían adaptarse, señala Paul Kelley, científico del Instituto de Neurociencia de la Universidad de Oxford.
El trabajo repasa las últimas investigaciones en patrones de sueño y sus consecuencias en el rendimiento académico. Con la llegada de la pubertad, el reloj biológico cambia, se vuelve más lento. Por un motivo fisiológico, no de hábitos, a los adolescentes les entra sueño más tarde de forma natural. Pero siguen necesitando dormir unas 9 horas diarias, porque su cerebro está en formación -hasta los 20 años-.
Un adolescente que se levanta a las 7 de la mañana equivale a un adulto que se levanta a las 4.30 de la madrugada, afirma el trabajo. Con los horarios actuales, si un estudiante de 15 o 16 años comienza las clases a las 8, debe despertarse entre las 6 y las 7 de la mañana. Para ir bien descansado y cumplir con las 9 horas de sueño necesarias, debería acostarse entre las 21 y las 22. El problema es que su cerebro no les permite ir a dormir pronto, insiste Kelley.
La vigilia a esta edad llega a partir de las 23, y su hora de despertarse natural se sitúa sobre las 8 de la mañana. Por eso, los autores del artículo defienden que los institutos abran sus puertas a partir de las 10. El estudio va en sintonía con la recomendación de la Academia de Pediatría de los Estados Unidos, que sugirió que las clases no empiecen tan temprano, ya que la falta de horas de descanso puede contribuir a problemas como obesidad, diabetes y trastorno de conducta, el aumento del riesgo de sufrir accidentes y a un declive en el rendimiento escolar.
En Argentina ni siquiera llegó a plantearse la posibilidad de retrasar el horario de entrada al colegio. Lo que sí se discute es cómo se regula el uso de la tecnología que los hace madrugar conectados a las redes sociales y a las aplicaciones del celular. Guillermo Goldfarb, integrante del Grupo de Trabajo en Informática de la Sociedad Argentina de Pediatría, dice: Hay que lograr acuerdos, reglas de uso, para que compensen todo ese tiempo que pasan con el teléfono o computadora en otras actividades. La Vanguardia. Especial
Fuente: 24 siete
Martes, 29 de septiembre de 2015
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