Sociedad Ajuste educativo: en 21 provincias los salarios docentes son más bajos que hace una década .jpg)
La eliminación del FONID, el recorte presupuestario y la ausencia de paritaria nacional profundizaron la crisis educativa. Tras dos años de ajuste fiscal se agravaron las brechas entre regiones del país mientras universidades y escuelas reclaman financiamiento.
Con salarios que retrocedieron a niveles de hace diez años en 21 provincias, presupuestos provinciales que no acompañan la inflación y la eliminación de pilares de financiamiento como el FONID, la educación pública atraviesa su ajuste más profundo en décadas. El deterioro no es solo salarial sino también territorial: en 19 jurisdicciones, la inversión educativa está por debajo de 2014.
Aun así, en algunas jurisdicciones el gasto total en educación cae más que los salarios, poniendo en evidencia un ajuste adicional en otros rubros como salarios de personal por fuera de la docencia, infraestructura, materiales o programas complementarios.
Radiografía del ajuste presupuestario
En la mayoría de las jurisdicciones cayó el gasto estatal de forma generalizada. Según el documento de “Argentinos por la Educación”, entre 2014 y 2024, la participación de la función “Educación y Cultura” dentro del gasto total se contrajo en 16 provincias, lo que muestra una pérdida de prioridad de la educación.
En el detalle por regiones del país, los especialistas señalaron que en Cuyo, todas las provincias presentan una caída del gasto (aunque San Luis mantuvo a lo largo de toda la década tasas de crecimiento mayores al resto de las provincias), en el NEA todas las jurisdicciones, excepto Chaco, registraron una caída. Por su parte, el NOA mostró una disminución del gasto generalizada, con excepción de Santiago del Estero. En la región Pampeana, también se observaron mermas en todos los casos. Por su parte, en la Región Patagónica, Chubut, Río Negro, Santa Cruz y Tierra del Fuego anotaron caídas en 2024 frente al año previo, mientras que Neuquén es la única que presentó un incremento en el mismo período.
El documento advirtió, en este sentido, sobre “la falta de información pública transparente y estandarizada que permita las comparaciones entre provincias”, y señaló que para 2025 “no se cuenta con datos consolidados de presupuestos provinciales desagregados por función, lo que impide monitorear con precisión la evolución del gasto educativo en todas las provincias”.
Hoja de ruta 2026: más recortes
En el Proyecto de Ley de Presupuesto 2026 que envió el Ejecutivo al Congreso se prevé destinar menos del 1% del PBI a educación (de aprobarse, sería el tercer año consecutivo por debajo de ese porcentaje).
Según el texto oficial, el Estado nacional invertirá en 2026 apenas el 0,75% del PBI, es decir, la mitad de lo que se destinaba hace una década (1,59% en 2015). El ajuste se enmarca en un programa económico que consolida la reducción del gasto público como política de Estado. De hecho, el Presupuesto proyecta para el próximo año un nivel de gasto real 57% inferior al de 2023.
Sobre ello, un informe privado advirtió que el Presupuesto 2026 debería tener un aumento global de 940% en todas sus partidas para mantener un mismo nivel de asignación presupuestaria real respecto de 2023. De acuerdo con estimaciones de la Fundación Éforo, “la inflación acumulada en los años 2023, 2024 y 2025 rondará el 940% por lo que ese debería ser el nivel de incremento de las partidas en el inicio de 2026 si se quisiera mantener el nivel real del gasto público”. Por el contrario, las partidas presentan una mejora nominal del 411% (529 puntos porcentuales menos de los necesarios para estar en un nivel similar a los valores presupuestados de 2023). Si bien según las proyecciones oficiales plantean que en 2026 se esperaría una recuperación del 8,0% en Educación, esta recomposición depende del cumplimiento de los supuestos asumidos por el Ejecutivo nacional para el diseño del proyecto. Puntualmente se plantea una inflación del 10,1% para el año que comienza que resulta, cuando menos, dudosa si se tiene en cuenta que el Índice de Precios al Consumidor que mide Indec viene arrojando variaciones en torno al 2% mensual.
La evolución de estos años evidenció que el pico máximo fue en 2015, cuando alcanzó el 1,59%. En los años siguientes se registró una caída, alcanzando 1,09% en 2019 con un leve repunte hacia 2020. A partir de ese año la inversión mostró una recuperación paulatina hasta llegar a 1,41% en 2023, seguido nuevamente de una caída en 2024 (0,86%). “Las previsiones al cierre de 2025 y las estimaciones para 2026 anticipan una profundización de esta tendencia, con niveles de inversión en Educación y Cultura equivalentes al 0,73% y 0,75% del PIB, respectivamente”, alertó un informe elaborado por el economista Javier Curcio (IIEP – UBA CONICET).
Por último, la Ley de Educación Nacional (LEN), sancionada en 2006, establece en su artículo 9 que el presupuesto consolidado del Estado Nacional, las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires destinado a educación no debe ser inferior al 6% del Producto Interno Bruto (PIB). Sin embargo, “transcurridas casi dos décadas, la meta del 6% se alcanzó solamente en el ejercicio de 2015, acumulando entre 2006 y 2020 una deuda equivalente al 5% del PIB de 2020”. Esto se agravaría en la actualidad ya que el proyecto del oficialismo buscaderogar expresamente ese artículo 9, eliminando la exigencia legal de destinar un mínimo del 6% del PIB a la educación.
Así las cosas, este escenario deja en evidencia que, mientras el Gobierno proyecta otro año de recortes, el sistema educativo argentino enfrenta una crisis cuya profundidad todavía no encuentra freno.
Sábado, 6 de diciembre de 2025
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