Otra deuda con la educación En al menos diez provincias no saben cuántos días de clase se dictan Es por la falta de sistemas de información que sigan estas estadísticas. Por reglamentación oficial, la Argentina debiera tener un sistema integral de información digital educativa para todo el país desde 2014.
Cualquiera que se lo proponga podrá saber cuántos argentinos hoy están desocupados, cuántos viven en la pobreza, o por debajo de la línea de pobreza, a cuánto asciende la canasta básica de alimentos, cuánto es el salario mínimo vital y móvil, o el índice de inflación. Toda esta información es provista por alguna oficina de estadística del Estado. Ahora, si quisiera saber cuántos días de clase hubo en las escuelas –en el país de los paros docentes-, esa información no estará disponible en al menos diez provincias argentinas. Y no es porque ese número esté escondido bajo siete llaves, simplemente porque el Estado no dispone del dato: no tiene un sistema de información que siga ese ítem.
La información surge de un estudio del Observatorio Argentinos por la Educación, que pidió a todas las provincias que informen qué sistemas usan para relevar la estadística educativa. De las 24 jurisdicciones, respondieron 17. No lo hicieron Chaco, Entre Ríos, La Pampa, La Rioja, Misiones, Santa Cruz y Tucumán. Y de las 17 que contestaron, solo siete provincias cuentan con un sistema de información que les permite conocer la cantidad de días de clase dictados. Esas provincias son Córdoba, Corrientes, Mendoza, Río Negro, San Juan, San Luis y Santa Fe. En el resto es un misterio.
El informe del Observatorio entrega más datos que exhiben la pobreza de las estadísticas educativas nacionales. Por ejemplo, sólo siete provincias afirman tener sistemas que permiten conocer la asistencia de al menos el 90% de los alumnos. Once provincias tienen datos sobre la asistencia y licencias de los docentes. Solo siete provincias dijeron contar con información sobre salarios y presupuesto.
La falta de información estadística adquiere importancia porque la Argentina aún no cuenta con un sistema integral de información digital educativa para todo el país que, por reglamentación oficial, debiera funcionar desde el año 2014. Por ahora solo tres provincias implementaron este sistema conocido como Sinide: Buenos Aires, Santiago del Estero y Jujuy. Para los especialistas, la información estadística educativa es de vital importancia para diseñar bien las políticas públicas y generar interés de la comunidad en los temas educativos.
Desde el Ministerio de Educación nacional afirman que están avanzando junto a las provincias en el desarrollo del Sinide y aseguran que, para el año que viene, ya estará terminado el módulo que sigue la trayectoria "nominalizada" de los estudiantes. Esto quiere decir que se va a poder seguir la trayectoria de cada una de los chicos y jóvenes que participan o abandonan el sistema educativo. Con este tipo de información, por ejemplo, se puede saber con más precisión cuántos alumnos abandonan la escuela, repiten o vuelven a retomar los estudios.
Inés Cruzalegui, directora nacional de Planeamiento de Políticas Educativas del Ministerio de Educación, explicó que cuando se decidió en 2012 armar el Sinide lo más viable era armar un sistema que permitiera a todas las provincias ir sumando sus datos pero, como esto nunca se hizo y muchas provincias avanzaron con sus propios sistemas de información, ahora trabajan en combinar la carga de datos en forma directa en algunas provincias con la migración por parte de otras jurisdicciones. “Esperamos en 2019 tener el módulo de estudiantes y después avanzar en otros como docentes o infraestructura”, dijo Cruzalegui ante una consulta de Clarín en la presentación del informe del Observatorio que se hizo este martes.
En el mismo encuentro habló Juan Llach, ex ministro de Educación, y dijo que “se necesita más información para hacer políticas educativas con foco en los sectores más vulnerables. Lo que se usa ahora es básicamente la intuición. Se necesita una resolución en el Consejo Federal de Educación que haga obligatorio el cumplimiento de la elaboración y acceso a la información”.
Irene Kit, de la Asociación Civil Educación para Todos, por su parte, dijo que no solo es necesario contar con estadísticas sino, sobre todo, usarlas bien. Mostró el caso de la “secundarización del séptimo grado” (cuando en muchas provincias se pasó séptimo grado a primer año) y cómo esa decisión, que parecía correcta desde lo teórico, terminó produciendo mayor abandono escolar. “El desafío es tener buena información para el análisis pero usarla para comprender y actuar aunque esa información interpele nuestras creencias”, afirmó.
Hacia la base única Hace más de 20 años que Argentina cuenta con un relevamiento anual de recolección de información estadística educativa que suma cantidad de estudiantes, cargos docentes y escuelas. Al mismo tiempo, cada provincia avanzó con su propio sistema de información. Ahora el objetivo es tener una base única de datos de todos los alumnos, docentes, salarios, presupuesto e infraestructura.
Fuente: Clarín
Miércoles, 28 de noviembre de 2018
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