Crimen de Anahí Sospechan que el segundo detenido por el caso Anahí tenía tratos con la policía  Genera dudas que la casilla donde vivía el sospechoso haya quedado fuera de los rastrillajes previos; hoy, la indagatoria. Las fuerzas abocadas a la búsqueda de Anahí Benítez pasaron, sin encontrar nada, por el lugar donde, un día después, el cuerpo de la chica fue hallado, enterrado, en la reserva natural Santa Catalina. Tampoco se revisó, antes de eso, la casilla situada en uno de los extremos de la estación ferroviaria adonde, anteanoche, los perros rastreadores llegaron raudos, guiados por el olor de la víctima, preámbulo de la detención de Marcos Esteban Bazán. Y nadie reparó, tampoco, en el hecho de que esa casa hubiese sido descripta con bastante precisión por la propia víctima del femicidio de Parque Barón en una libreta de anotaciones personales.
En concreto: los investigadores del crimen de Lomas de Zamora sospechan que Bazán contó con algún grado de protección y que esa protección corrió por cuenta de policías de la zona que habrían intentado desviar el curso de las pesquisas hacia otros rumbos. Por ejemplo, hacia el otro detenido, Leonardo Agostino, el profesor de matemáticas que ayer se negó a declarar y que, a pesar de la nueva aprehensión, aún no ha quedado fuera de las sospechas.
Esa protección sobre Bazán y, especialmente, sobre "el galpón" de Santa Catalina estaría relacionada con la venta de estupefacientes. El acusado tiene antecedentes por drogas en dos causas, de 2003 y de 2013.
Bazán será indagado esta mañana por la fiscal de Lomas de Zamora Verónica Pérez. Según su defensor, Lucio de la Rosa, "tiene la voluntad expresa de declarar". Se enfrentará a una prueba de peso: los canes rastreadores ubicaron inequívocamente a Anahí en la casilla en la que vivía Bazán, y en la heladera de la vivienda se encontró una olla con un preparado de arroz y verduras; esos mismos alimentos había ingerido la víctima antes de su muerte.
En ese lugar se encontraron prendas femeninas; según dijeron calificadas fuentes de la investigación a LA NACION, no fueron reconocidas como ropas de Anahí. En cambio, la ciencia forense determinará si son o no son de la víctima cabellos y manchas de sangre hallados en el lugar. El abogado de Bazán dice que aquellas prendas de mujer son de la novia de su defendido y que los restos capilares también lo serían.
Ayer a la tarde, perros de la Policía Federal entrenados en rastreo olisqueaban en la casa de Bazán en busca de un "rastro puro": el de Agostino. Se busca establecer si, eventualmente, el maestro y el nuevo acusado -empleado de la municipalidad de Lomas de Zamora- tenían relación personal y si el docente estuvo en la casa donde, se sabe ya, también estuvo Anahí.
La relación entre el profesor y su ex alumna fue corroborada por intercambios entre ellos en las redes sociales y por las declaraciones de amigos de Anahí, que dijeron a la Justicia que la chica tenía admiración y un sentimiento especial hacia Agostino, un docente que era muy querido por sus alumnos. En la casa del maestro se encontró una anotación manuscrita; la grafía, dijeron calificados investigadores, es similar a la de la víctima de femicidio.
Aunque en un primer momento se dijo que en lo de Bazán había una huerta con plantas de marihuana, fuentes judiciales dijeron que no se verificó la presencia de cannabis, pero sí había un moledor y elementos de secado de uso habitual para la preparación de marihuana para su venta al menudeo.
Precisamente, las fuentes consultadas por LA NACION dijeron que en el círculo de amigos de Anahí Bazán era conocido como "proveedor" de marihuana. En la casa del acusado también se encontraron otros narcóticos y elementos de uso médico. Se analiza si los medicamentos fueron usados para dejar inconsciente a la víctima antes de asfixiarla con la compresión de una almohada.
Fuente: La Nación
Martes, 8 de agosto de 2017
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