Mercados El FMI prevé un fuerte crecimiento mundial por primera vez desde la crisis El Fondo Monetario Internacional emitió su primer pronóstico de crecimiento de la economía global en los últimos seis años, basado en el empuje que están mostrando las grandes economías desarrolladas y en el repunte que está exhibiendo China en los últimos trimestres.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) emitió su primer pronóstico de crecimiento de la economía global en los últimos seis años, basado en el empuje que están mostrando las grandes economías desarrolladas y en el repunte que está exhibiendo China en los últimos trimestres.
"La primavera está en el aire y la primavera está en la economía también", dijo la directora-gerente del Fondo, Christine Lagarde, en una entrevista a la televisión concedida el jueves pasado al iniciarse la Reunión de Primavera del FMI y el Banco Mundial en Washington.
La literaria apreciación de Lagarde sobre el desempeño de la economía mundial para este año se asienta sobre la previsión del Fondo de un crecimiento del 3,5% en 2017, una décima porcentual por encima del 3,4% que anticipó en su Reunión Anual de septiembre pasado.
En su informe de perspectivas, el denominado World Economic Outlook, el FMI dijo que la economía crecerá a ese ritmo merced al inesperado fortalecimiento de China, que ya ha mostrado un incremento de su PBI en el primer trimestre de este año del 6,9%, que se suma así a la clara mejoría de Europa, Japón y Estados Unidos.
El Outlook colocó a España a la cabeza del avance de Europa, con un aumento del producto interno del 2,6% para 2017 después de haber crecido un 3,2% el año pasado, y ubica al Viejo Continente con un avance promedio del 2% para el año en curso.
También pronosticó que Japón crecerá 1,2% este año, en tanto para China prevé una expansión del PBI del orden del 6,6% y, con un récord de crecimiento, coloca a India, con un aumento del 7,2%.
De esta manera y a pesar de los problemas que atraviesan las economías latinoamericanas y de Africa, los especialistas del Fondo creen seriamente en una profundización de las mejoras que se evidencian actualmente en la industria y en el comercio mundial, considerando que ha llegado a su fin la fase de crecimiento "mediocre" comenzada tras la debacle 2008-2009.
Por eso, fuente del FMI han afirmado que "la economía mundial está en su mejor momento desde la crisis financiera" de aquellos años, a pesar de que subsisten grandes preocupaciones alrededor de los posibles efectos negativos de los factores políticos negativos que se ciernen en algunos de los países desarrollados.
Ese es el caso de Francia, donde mañana se celebra la primera ronda de las elecciones presidenciales, en las que existe el riesgo moderado de una victoria de la candidata de extrema derecha Marine Le Pen, quien es partidaria del abandono de la Eurozona y de la Unión Europea (UE).
Durante la reunión semestral de este fin de semana en Washington, fuentes del sector de estudios del FMI deslizaron que hay nerviosismo en el organismo multilateral por lo que pueda ocurrir en la elección francesa de mañana y, sobre todo, en la segundo ronda del mes próximo entre los dos candidatos que ocupen los primeros lugares en la primera vuelta.
Lagarde dijo públicamente que una eventual victoria de Le Pen "entrañaría, ciertamente, un desorden mayor" en la economía internacional, una apreciación nada habitual en un director-gerente del Fondo y que puede, también, leerse como un mensaje para que sus compatriotas se lo piensen dos veces antes de decantar su voto en favor de la candidata extremista.
En lo que hace a Estados Unidos, el Fondo prevé un crecimiento del 2,3% del PBI este año, bien por encima del 1,6% del año pasado, aunque mira con incertidumbre lo que finalmente ocurra con la orientación económica del presidente Donald Trump, quien hasta el momento viene encontrando serios obstáculos para imponer sus reformas de carácter proteccionista y aislacionista.
Aunque Lagarde elogió los primeros pasos de Trump, no deja de sorprender que lo haya hecho justamente en los mismos días en que el presidente estadounidense anuncia una investigación de "seguridad nacional" para frenar las importaciones de acero, las cuales vienen fundamentalmente de China, lo que implicaría el inicio de represalias comerciales mutuas entre Washington y Pekín.
Nadie sabe exactamente a dónde va Trump y, por tanto, la economía de Estados Unidos, un factor decisivo para cualquier prognosis del futuro de corto y mediano plazo.
"La crisis de liderazgo es hoy la mayor en mucho tiempo, en particular en el tiempo de vida FMI", es decir, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, estimó el historiador oficial del Fondo, James Boughton, citado el pasado viernes por el Financial Times.
Aún así, hay otros importantes analistas, como es el caso del ex economista-jefe del Fondo, Olivier Blanchard, para quien no se vislumbran riesgos económicos reales por parte de las tendencias populistas en Estados Unidos ni en otras economías desarrolladas.
Ni siquiera el Brexit o un empeoramiento de la situación de Grecia, y su nunca descartada salida de la Eurozona, entrañarían un problema sistémico a escala mundial, de acuerdo con la visión de Blanchard.
Sin embargo, la apreciación del actual economista-jefe del FMI, Maurice Obstfeld, es un poco menos optimista y, hasta cierto punto, sombría sobre el futuro de la economía mundial en el próximo período.
Así lo expresó en su introducción al Outlook al señalar que "la corrección al alza de nuestro pronóstico para 2017 sigue siendo pequeña y las tasas de crecimiento potencial a más largo plazo siguen siendo inferiores a las registradas en las últimas décadas a nivel mundial, y especialmente en las economías avanzadas".
Más aún, señala que "aunque existe la posibilidad de que el crecimiento supere las expectativas a corto plazo, hay significativos riesgos a la baja que continúan opacando las perspectivas a mediano plazo y que, de hecho, pueden haberse intensificado desde la publicación de nuestras últimas previsiones".
Entre estos riesgos, Obstfeld señala que uno destacable "es un giro hacia el proteccionismo que haga estallar una guerra comercial".
Puede verse en esta condensada línea de análisis que el FMI sigue muy pendiente de las tendencias nacionalistas que empiezan a empujar con más fuerza la política económica de las grandes potencias y las señala, como el ejemplo de Trump lo expresa, como un elemento muy preocupante de cualquier recuperación mundial de largo plazo.
Fuente: Télam
Sábado, 22 de abril de 2017
|