Comercio La reapertura de la embajada en Singapur perfila nuevas chances comerciales en el sudeste asiático  La decisión del gobierno nacional de reabrir la embajada argentina en Singapur, más allá del gesto diplomático y político, busca franquear una puerta privilegiada para el acceso de los productos y servicios de empresas argentinas al gigantesco mercado del sudeste asiático. El objetivo inmediato para las autoridades de la Cancillería y las cuatro carteras ministeriales del ámbito económico y productivo, consiste en revertir el retroceso reciente del comercio bilateral, que en 2016 apenas superó los 200 millones de dólares.
Aunque Singapur realiza importaciones anuales desde todo el mundo por cerca de 370 mil millones de dólares, la Argentina sólo logró colocar el año pasado 51,8 millones, un 64% menos que durante 2015.
La balanza del intercambio arrojó así un déficit de 105 millones de dólares en 2016, luego de registrar un superávit de 30 millones el año anterior, según el detalle estadístico difundido este mes por el INDEC.
Aunque Singapur es apenas una ciudad-Estado de 5,5 millones de habitantes y una superficie equivalente a un tercio de la de Tierra del Fuego -o 3,5 veces el área de la Capital Federal- las expectativas oficiales y de las cámaras empresarias del agro y la industria radican en su rol estratégico en la región.
El pequeño país asiático de 63 islas, independizado en 1965 (la Argentina fue la primer nación latinoamericana en reconocer su nuevo status), ostenta un producto interno bruto que supera los 400.000 millones de dólares (un 66% del PIB nacional) y una de las mayores rentas per cápita del mundo.
En apenas medio siglo y con un régimen modelo de liberalismo, Singapur se convirtió en uno de las más importantes centros de inversiones, comercio, servicios y finanzas del planeta.
Su tasa media de crecimiento económico es de 3,6% anual desde 2012, más moderada que en años anteriores como consecuencia de la desaceleración internacional.
Para la Argentina, sin embargo, un rasgo relevante es la característica principal de la política comercial de Singapur: la apertura al comercio y las inversiones, con intercambios que casi cuadruplican el volumen del PIB.
El último examen realizado por la Organización Mundial del Comercio (OMC) destaca que gran parte de las transacciones de la isla adopta la forma de “comercio de tránsito”: prácticamente la mitad de las exportaciones de mercancías son reexportaciones.
El comercio de Singapur se sustenta en una red de 21 acuerdos de libre comercio (ALC) regionales y bilaterales con 32 socios.
Los ALC más recientes fueron los suscriptos con Costa Rica, el Consejo de Cooperación del Golfo y el Taipei Chino, mientras todavía no entraron en vigor los firmados con la Unión Europea y Turquía.
La integración regional en el seno de la ASEAN, en tanto, fue un paso más allá con la creación de la Comunidad Económica AEC en 2015, cuyo objetivo es crear un mercado único donde circulen libremente los bienes, servicios e inversiones de los 10 países miembros.
El freno estadounidense al Acuerdo de Asociación Transpacífico abrirá paso a nuevos convenios bilaterales, según declararon las autoridades del país insular.
Singapur es un firme defensor del sistema multilateral de comercio basado en normas y un promotor de la liberalización en la OMC y fue uno de los primeros miembros en depositar su instrumento de aceptación del Acuerdo sobre Facilitación del Comercio.
Prácticamente todos los productos que entran en Singapur están libres de impuestos según el régimen de arancel NMF (nación más favorecida) aplicado, salvo seis líneas arancelarias (cerveza y algunas otras bebidas alcohólicas), sujetas a derechos específicos, y el promedio aritmético de los tipos arancelarios consolidados (que abarcan a 70% de los productos) es del 6,9%.
Por otra parte, la amplia oferta de conexiones de las que podrían servirse las exportaciones argentinas incluye la operación en Singapur de unas 5.000 empresas de servicios marítimos, de las cuales más de 130 son agrupaciones navieras internacionales, bancos con carteras marítimas, empresas de corretaje, aseguradoras y despachos de abogados especializados en cuestiones de derecho marítimo.
Fuente: Télam
Lunes, 20 de febrero de 2017
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