Policiales El empresario español asesinado intentó defenderse y alcanzó a herir a su yerno  El juez de instrucción porteño Hernán López procesó por el delito de homicidio agravado por alevosía a Santiago Corona, el esposo de una de las hijas de la víctima.
El empresario español Roberto Fernández Montes, asesinado en su departamento de Caballito el 21 del mes pasado, peleó por su vida. En un intento por defenderse de sus agresores alcanzó a herir en uno de sus antebrazos a su yerno, Santiago Corona, el único detenido de la causa.
Así se desprende de la resolución del juez de instrucción porteño Hernán López donde procesó por el delito de homicidio agravado por alevosía a Corona, según se publicó en el Centro de Información Judicial (CIJ).
Corona, de 34 años y procesado como coautor del homicidio, está casado con Natalia Fernández, una de las hijas de la víctima. La pareja tuvo dos hijos. El día del hecho, el yerno de Fernández Montes quedó registrado por las cámaras de seguridad instaladas en el edificio donde ocurrió el homicidio."
Después de ser detenido y cuando fue revisado por el médico legista, se descubrió que Corona tenía una herida. "Se visualiza excoriación lineal cara dorsal antebrazo derecho transversal de 2 cm superficial producto de roce con superficie dura y delgada de reciente data 24 hs que curará antes de un mes". Según fuentes con acceso al expediente, la lesión se la pudo haber hecho la víctima en un intento de defensa.
Es más, Giselle Fernández, la hija del empresario que vivía en el mismo departamento de la víctima y cuñada del acusado, declaró como testigo y relató que cuando su cuñado estaba en la comisaría 11°, a la cual concurrió engañado por su esposa [es decir por su hermana], "no paraban de temblarle las piernas, preguntaba todo el tiempo donde estaba ella [por la declarante] y vio que éste tenía un rasguñón en el antebrazo".
Pero también la otra hija de la víctima y esposa de Corona habló de la lesión. "Cuando mi hermana me dijo que a las 14 [del sábado 21] apagaron el teléfono de mi papá, relacioné el movimiento de mi esposo y que incluso Santiago tenía un raspón en el antebrazo, como que tenía un rayita. Yo frente a eso lo encaré a Santiago, y me dijo ¿que me querés decir?, me vas a tener que pedirdisculpas por todo lo que me acusas".
"Interpreto que la prueba rendida, ponderada a la luz de la sana crítica racional, termina por conformar un plexo probatorio grave y de innegable carácter incriminatorio, a partir de cuyo análisis puede considerarse acreditada la materialidad del hecho investigado, su relevancia penal, la intervención del imputado Corona y la responsabilidad penal que a él incumbe", sostuvo el juez López en el procesamiento.
Según las imágenes grabadas en calidad HD, Corona y un cómplice quedaron registrados cuando, envuelto en una sábana, sacaron del ascensor el cuerpo de Fernández Montes, de 67 años.
Las filmaciones mostraban cómo Corona y el otro sospechoso, identificado por fuentes judiciales como Pedro Fernández Torres, un ciudadano que hasta el crimen trabajaba como carnicero y ahora se encuentra prófugo, cargaron el cadáver en el vehículo de la víctima.
Según el expediente judicial, el homicidio fue entre las 12.10 y las 13.31 del sábado 21 del mes pasado en el departamento de la víctima: el quinto piso de edificio situado en Aranguren 36, en Caballito.
El cuerpo del empresario, que era dueño la firma Mini Vial, situada en Chacarita, dedicada a las excavaciones en obras de construcción, fue hallado calcinado en un descampado de Cañuelas. Su vehículo, un Suzuki Fun, fue encontrado en Esteban Echeverría, 100 metros de la casa de Fernández Torres, el prófugo.
En declaración indagatoria, el yerno de la víctima sólo dijo: "Me declaro inocente de los hechos que se me acusan".
Cuando todavía no se sabía qué había pasado con el empresario, su otra hija, Giselle Fernández, que había hecho la denuncia por la desaparición, contó que el encargado del edificio le comentó que había visto a Corona en las inmediaciones del edificio. "Santiago [por el acusado] en el mes de octubre de 2016 había amenazado a mi padre, a raíz de un problema de dinero", declaró en la comisaría 11° de la Policía de la Ciudad.
La mujer aclaró que el 22 de enero, alrededor de las 12 ,observó las cámaras de seguridad del edificio de la calle Aranguren 36, donde ella vivía con su padre, y pudo ver a su cuñado, Santiago Corona, junto con otro hombre, cómo subían a su vehículo, lo que ella describió como "un bulto contundente del tamaño de un cuerpo,.aclara que dicho bulto estaba envuelto en un cubrecama y sábana faltante del domicilio".
La hija de la víctima también afirmó haber visto "manchas hemáticas" en el baño y en el comedor. Una hora después era detenido Corona. Eran las 13.10 del domingo y no se conocían noticias del empresario.
Giselle Fernández también contó que "su padre después del problema que tuvo con su cuñado, de una estafa que aquél le había provocado a su padre, más o menos desde junio de 2016, no tenían trato, Corona no tenía permitido el ingreso a la casa, solamente aparecía por la puerta".
También afirmó que Corona amenazaba a su hermana, diciéndole que su padre no se meta "porque ya vas a ver lo que se va a pasar.conozco gente que lo puede hacer desaparecer".
Pero además de las filmaciones hay entrecruzamientos telefónicos entre los dos presuntos coautores del homicidio que los complican. Según se desprende del procesamiento del procesamiento del juez López "hubo un gran tráfico de llamadas" entre los dos acusados.
El viernes 20 de enero, un día antes del crimen, Corona llamó al carnicero Fernández Torres y la comunicación duró 39 segundos. El día siguiente, según la resolución del juez López, desde las 12.45 y las 19.22 hubo 15 llamadas entre los acusados. Es decir antes y después del homicidio.
Fuente: La Nación
Martes, 7 de febrero de 2017
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