Sáenz Peña La lluvia aportó humedad para la soja pero el viento complicó al girasol El mes de noviembre cerró con lluvias generales, pero dispares, y eventos climáticos adversos que impactaron en los cultivos de girasol que están en la etapa final de maduración, en el final de una campaña que no será extraordinaria en rendimientos.
SAENZ PEÑA (Agencia) - El siempre temido fenómeno de granizo, en esta oportunidad, afectó los departamentos del sudoeste de la provincia, mientras que en el centro chaqueño el viento fue el factor negativo que acompañó a los aguaceros. En las ciudades cabeceras y localidades de los departamentos Comandante Fernández, Maipú, Quitilipi, Independencia y 25 de Mayo, se registraron aislados daños en las urbes, solamente algún árbol caído, anegación temporaria de calles y faltante de energía eléctrica en determinados sectores.
En la zona rural, las complicaciones fueron para los sembrados de girasol, que ya perdieron potencial de rendimiento por el período de seca y, ahora, con la mayor parte del cultivo ya entregado, el viento y la lluvia incrementaron las pérdidas. Por el lado de la producción pecuaria, la lluvia fue más que bienvenida para la recuperación de los pastos y la recarga de las aguadas.
El temporal en el área centro de la provincia comenzó a desarrollarse en la madrugada de ayer, con intensos chaparrones acompañados de ventarrón y descargas eléctricas. Fue precisamente la intensa actividad eléctrica la que provocó la caída del servicio de energía en parte del área rural y en varias localidades que no tuvieron luz por siete horas.
Lluvia y viento
En el domo agrícola central los registros pluviométricos fueron dispares y con diferencia en pocos kilómetros. En algunas colonias, como La Matanza y La Montenegrina, los pluviómetros midieron noventa milímetros, mientras que en la ciudad de Sáenz Peña la lluvia sumaba treinta milímetros y en la zona rural vecina de Colonia Rivadavia el dato era de cuarenta y cinco milímetros. En Machagai, el registro hasta el mediodía pasado era de cien mil milímetros y en Quitilipi alcanzaba los setenta milímetros. En Tres Isletas el dato aportado sumaba cincuenta milímetros.
La intensidad en la velocidad del viento, con ráfagas que llegaron a los cincuenta y siete kilómetros por hora, fue en esta oportunidad el problema para el campo. “La lluvia fue una bendición, el único problema lo generó el viento que dañó lotes de girasol”, decía Aníbal Marcón, productor de la zona de La Mascota. “Pero en las contradicciones que siempre tiene el clima en el Chaco, y si bien el vendaval fue un evento negativo, las precipitaciones nos alientan a la preparación de la campaña de soja ya que el girasol no dejará las ganancias que creíamos al inicio de la campaña”, agregó el chacarero que, como todos los productores chaqueños, carga sobre sus espaldas la experiencia de algunas campañas buenas y muchas magras.
Daños en el girasol
A poco más de un mes del temporal de granizo que había provocado la pérdidas de casi cuatro mil hectáreas de girasol, por el fenómeno que se concentró en las colonias agrícolas donde coinciden los distritos Independencia, Comandante Fernández y O’Higgins, ahora fue la intensidad del viento lo que afectó la producción agrícola del domo central.
“Las fuertes ráfagas que se hicieron sentir desde la madrugada y durante toda la mañana de ayer, acompañando los aguaceros, seguramente provocaron la caída y el quiebre de plantas de girasol”, respondía la ingeniera Ivana Pasich, ante la consulta de NORTE sobre el impacto de la ventisca en los lotes que tienen la oleaginosa casi lista para la trilla. “El estado de los campos difiere entre unas y otras colonias, pudiendo observarse en algunos tablones plantas débiles y en otros ejemplares con altura elevadas, que no están en condiciones de soportar el azote del viento”, añadió la profesional.
En los días previos al inicio del grueso de la cosecha de girasol, la ingeniera Pasich, mencionó que “el temporal de agua, acompañado con ráfagas intensas de vientos podría provocar el vuelco de plantas por el peso que tiene el capítulo”. “Una buena parte de los cultivos ya están terminados o llenando el grano, lo que hace que el peso del capítulo genere inestabilidad en la estructura de la planta que con humedad y viento puede volcarse, lo cual es lamentable porque son varios los lotes que están listos para ser cosechados y ahora, si se perdieron plantas, también se pierden kilos por hectárea, la preocupación aumenta porque ya los cultivos venían con mermas en su potencial de rendimiento por efecto del estrés hídrico”, resumió Ivana Pasich.
Viernes, 30 de noviembre de 2012
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