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Debate Multitud de asesores de los dos en inédita convivencia La previa del debate fue una pasarela de funcionarios y asesores, pero pocos pudieron ingresar a la zona vip.
Las tres horas previas al debate celebrado ayer les dieron la posibilidad a integrantes de ambos bunkers de socializar y compartir guarismos, encuestas y pálpitos de cara al 22 de noviembre.
Por parte del sciolismo los primeros en aparecer fueron Silvina Batakis (ministra de Hacienda en la provincia) y Gustavo Marangoni (Grupo Bapro).
Por el macrismo llegó una tropa más numerosa de asesores en compañía del legislador Sergio Bergman, el ministro Esteban Bullrich, la exlegisladora Silvana Giudici (que afirmó en la previa su intención de recalar en la AFSCA si Cambiemos triunfa) y el jefe de Gobierno electo Horacio Rodríguez Larreta.
Fueron figuritas buscadas en la previa porque todos ellos tenían llegada directa al "war room" de los dos candidatos donde les tomaron examen y les hicieron los ejercicios finales de cara al debate.
Con el paso de las horas aparecieron en el sector vip figuras por fuera de la fauna partidaria como el gremialista Jerónimo Venegas, la decana Mónica Pinto, el producto televisivo Martín Kweller.
En general el dress code tendió a ser relajado. De hecho, la invitada más solemne fue la jueza Sandra Arroyo Salgado, exesposa del fiscal Nisman, que junto con su hija se ubicaron en la platea del sector macrista.
La figura más rutilante de la previa igual no fueron los políticos, ni siquiera figuras como Sergio Berni, Julián Domínguez o Marcos Peña que no tardaron en prestarse para diversos contactos.
El invitado más saludado en la entrada al vip fue Jaime Durán Barba que recién apareció veinte minutos antes de las nueve de la noche. Se le arrimaron todos, incluso un sonriente Berni con quien conversaron unos minutos.
El despliegue de seguridad fue notable, con una fila horizontal de efectivos policiales desplegados frente a los capiteles de la Facultad sobre Avenida Figueroa Alcorta. Al lado de los policías aparecía un pequeño carro con proselitismo de Daniel Scioli, esquema que Cambiemos no replicó.
La disposición de los asientos en el aula magna arrojó datos curiosos como que todo el macrismo se ubicó a la izquierda y el sciolismo a la derecha, desde la óptica del escenario.
La organización demostró que todavía el país tiene un largo trecho que recorrer en materia de armado de debates, si es que ese camino ya es el elegido.
La Facultad estaba compartimentada por sectores según los asistentes que se identificaban con pequeñas pulseras. Esto generaba inconvenientes a aquellos invitados que buscaban desplazarse y era peor con los asesores y marketineros que preferían estar cerca de la prensa, que es en definitiva, acá y en el mundo, donde se define el triunfo y la derrota de los debates.
Algo similar ocurre con el rol de los locutores que moderaron el debate, que ya en la previa revoloteaban en torno a los políticos de ambos partidos con un aire de los más fraternal, algo que en otras latitudes sería muy extraño de observar.
Fuente: Ámbito.com
Lunes, 16 de noviembre de 2015
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