Tratamiento Gratuito Tras intentarlo por más de seis años pudieron tener un hijo vía fertilización asistida En diálogo con Télam, Alejandra y Guillermo contaron cómo fue la experiencia que los hizo padres de Luciano, un bebé que nació en mayo pasado por fertilización in vitro con todos los gastos cubiertos garantizados por ley.
Hasta hace poco tiempo tener un hijo por técnicas de reproducción humana asistida (TRHA) era una decisión íntima y personal pero inalcanzable para la mayoría de las personas que no podían afrontar los costos de los tratamientos, una realidad que excluía a muchos y que de a poco va quedando en el pasado.
"Antes no hubiéramos podido. Tuvimos la suerte que se sancionara la ley (26.862 de Fertilización Asistida) justo antes de hacer la fertilización 'in vitro', por eso la prepaga nos cubrió todo el tratamiento, incluso los medicamentos", dijo Alejandra Palavecino, la joven de 35 años que reconstruyó con su hijo Luciano en brazos, una historia con final feliz.
La mamá de Luciano, el bebé nacido por cesárea el 8 de mayo pasado, fue implantada con el embrión que se gestó 'in vitro', una técnica de alta complejidad que tiene un costo aproximado de 45.000 pesos, más 16.000 de medicación.
Pero la pareja había pasado por cuatro intentos sin éxito (de baja complejidad), dos en 2012 y dos en 2013, que tuvieron que costear por su cuenta (unos 12.000 pesos) y que les demandó unificar aguinaldos y usar un ahorro "porque al principio la prepaga no nos daba ni una jeringa", recordó Guillermo Funes, de 41 años, papá de Luciano.
El relato de la joven se trasladó al momento que se inició el proyecto de familia hace 11 años, al casamiento y a la decisión de ser padres; también a la espera de un hijo que no llegaba y al acuerdo al que llegaron como pareja: buscar ayuda.
"Hace 11 años estamos juntos. Al tiempo de casarnos -en 2008- decidimos tener un bebé pero después de dos años de probar sin resultados optamos por la fertilización asistida", recordó Alejandra.
Junto con Guillermo relataron la historia al detalle y con la intensidad de la emoción que los impulsó a atravesar obstáculos, a superar las frustraciones y a vencer la timidez, entre otras barreras que los separaba del deseo de ser padres.
La pareja -él, chofer de colectivo, y ella, cajera de un supermercado- vive en la localidad bonaerense de Monte Grande, en una linda casa de un típico barrio de trabajadores, de calles anchas y a 20 cuadras del centro comercial.
La joven, con su bebé en brazos, definió los primeros intentos como "un empujón, una ayuda que consiste en el control de la ovulación y la colocación de esperma dentro de su cuerpo".
"Ante la falta de resultado decidimos probar con la fertilización 'in vitro', pero la ley había sido aprobada un mes antes así que accedimos sin costo a la fertilización de alta complejidad", relató.
Su prepaga tardó cerca de cuatro meses en aprobarles el presupuesto y cuando lo hicieron sólo les cubría el 40 por ciento de la medicación -que alcanzaba los 16.000 pesos-, y tras consultar con un abogado supo que "la ley decía que tenía que cubrir la totalidad".
En junio de 2014 les aprobaron el tratamiento, en julio le otorgaron la medicación y en septiembre le hicieron la punción: le extrajeron 20 óvulos, al tercer día habían quedado 12 y al quinto se formaron tres embriones in vitro, uno de los cuales le implantaron en el útero mientas que los otros fueron criopreservados.
Pablo Naveira, ginecólogo especialista en Medicina Reproductiva, dijo a Télam que "hoy por hoy la discusión es con los medicamentos".
La ley sancionada en junio de 2013, estimó el ginecólogo, "fue sorpresiva para algunas obras sociales y prepagas que ya no pueden negarse a cubrir los tratamientos porque es de acceso integral, pero el argumento para cubrir sólo un porcentaje de la medicación se aferra al carácter ambulatorio de las terapias".
"Las demandas siempre lograron resoluciones de la superintendencia y fallos judiciales a favor de los pacientes", dijo Naveira, que el avance legal consiste en que antes la gente tenía pelearla de otra manera.
Ahora, advirtió el médico, "ya no hace falta demostrar la infertilidad; hoy con sólo dar el consentimiento de la voluntad procreacional es suficiente para acceder a las TRHA".
"Esta pareja, que llegó a mi consultorio con un deseo y mucha incertidumbre, no se dejó vencer por ni por el miedo ni por el cansancio", dijo Naveira, quien precisó que el 80 por ciento de sus pacientes son parejas heterosexuales, el 10 por ciento de sus pacientes son mujeres solas y otro 10 por ciento parejas de lesbianas.
"Ahora todo será cada vez mucho más simple, además la ley no hace diferencia porque es inclusiva", completó el médico.
Fuente: Télam
Lunes, 19 de octubre de 2015
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