Cholula Vicky Xipolitakis fue a ver al Papa pero se olvidó el corpiño Tal como se lo dictaba su conciencia, la vedete Vicky Xipolitakis viajó a Asunción para ver al Papa y confesarle sus pecados, profundamente acongojada después del escándalo que se desatara por su viaje en la cabina de un avión de Austral que le costó el puesto a dos pilotos de la compañía. Ella estaba tan compungida por la situación que no hacía más que encerrarse y rezar y rezar en un lujoso hotel de Puerto madero, pero eso no era suficiente para darle paz a su corazón. "Quiero ir a ver a Francisco y confesarme”, había dicho, y viajó a pesar de que muchos de sus más entrañables amigos le recomendaron abstenerse.
Finalmente, se la vio en Asunción en la tarde del sábado, del otro lado de las vallas tratando de aproximarse al Papa, pero la gente al advertirla comenzó a abuchearla y a exigirle a la Policía que la retirara del lugar. Pero en su pecho no sólo ostentaba sus singulares turgencias cubiertas apenas con una ceñida musculosa blanca sino que también llevaba colgada la pertinente credencial de prensa para moverse a sus anchas por una vasta zona vedada para el público común y corriente. Esto enardeció a quienes creían que la vedete gozaba de un privilegio que no le correspondía y mientras las mujeres, a modo de insulto, la mandaron a gritos a ponerse un corpiño, los hombres abogaban por su derecho a vestirse como quiera. Al final, la chica se defendió diciendo que salió tan apurada que no reparó en si llevaba su indumentaria completa, "además, lo importante es lo que tenemos adentro", concluyó.
Fuente: Primera Linea
Domingo, 12 de julio de 2015
|