Política. La definición por la deuda La tensa espera de un Gobierno con un plan todavía desconocido. Toda la gestión de Alberto Fernández está supeditada al resultado de las negociaciones con el Fondo y con los acreedores privados. La ley, la democracia, el amor… nada tiene más peso sobre nuestras vidas que el tiempo" (Winston Churchill). El tiempo parece ser la llave del gobierno de Alberto Fernández, en un periodo en el que todo gira derredor de la incertidumbre económica. En la Casa Rosada, también reina la incertidumbre. "Vamos a pagar pero necesitamos tiempo", fue la frase slogan del Presidente en numerosas oportunidades para dejar en claro cuál es su diagnóstico sobre la deuda y cómo encararía las negociaciones con el FMI y con los bonistas privados. Por estas horas, el problema para él también parece ser el tiempo. "Se hace muy larga la espera. Pero la negociación por la deuda es determinante, sobre todo para saber con qué recursos contamos", reflexiona el mandatario, en privado. Ocurre que la fecha que Alberto F. siempre planteó como objetivo es el 31 de marzo. A partir de allí, debería diseñar el Presupuesto para reordenar la economía y anunciar un paquete de medidas que describirán cuál es su modelo que, a dos meses y medio de gestión, se desconoce. Porque lo hecho hasta hoy, suele repetir, fue solo para ordenar la mesa para sentarse a negociar. Paulatinamente, comienzan a replicarse las voces de aquéllos que critican la falta de un plan. Desde el Gobierno dicen que no sólo el plan está sino que el Fondo Monetario es uno de los pocos que lo conoce. "Tiene nuestras proyecciones de las principales variables económicas y el programa de lo que vamos a hacer para poner en orden las cosas y crecer. Tenemos un plan pero no queremos plantearlo todavía si no sabemos con qué recursos vamos a contar", dicen que son palabras del Presidente. Días atrás, la jefa del FMI, Kristalina Georgieva, estimó que viene "apretado" el cronograma pautado por el ministro Martín Guzmán para finiquitar todo a fin de mes. Alberto Fernández pide apurar los tiempos para cumplir con esa meta. ¿Por qué la insistencia? Porque el paquete económico de 180 días empieza a desgajarse. Ya asoma el descongelamiento de algunos precios, de las tarifas de servicios públicos, hay puja con los medicamentos, la paz salarial es de poca vida, se caerá la doble indemnización y apenas resisten los precios cuidados. La inflación baja, pero mas allá de algunos acuerdos, como resultado de la recesión. Y la demora más allá de marzo en las definiciones por la deuda, impactaría negativamente en la imagen presidencial de una administración con una “luna de miel” muy corta. Todos los pasos hacia adelante del Gobierno están en pausa, supeditados al acuerdo por la deuda. Hasta el discurso del 1 de marzo ante la Asamblea Legislativa, inaugurando las sesiones ordinarias, tendrá varios títulos en relación a la herencia, el aborto, las jubilaciones de privilegio, la reforma judicial. Pero en lo que hace a la economía, carecerá de contenido. "La idea es insistir sobre de dónde partimos, lo que hemos hecho en estos pocos meses de gestión y decir cómo vamos a avanzar", explicó Alberto a sus colaboradores. Sin grandes anuncios productivos, salariales, fiscales ni impositivos. Otra vez la idea de que, sin saber qué recursos hay, no se puede proyectar mucho. Un alto funcionario pone como ejemplo que el plan contra el hambre con la tarjeta alimentaria, que moviliza a algunos sectores de la economía, equivale a unos mil millones de dólares. "No es lo mismo si tenemos mil, que 4 o 5 mil. O si disponemos de fondos o no para obra pública, créditos, políticas activas o para subsidiar las tasas". La gestión del Gobierno, depende del tiempo.
Fuente: Ámbito.
Martes, 25 de febrero de 2020
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