Muerte Digna El Senado debate el proyecto de muerte digna La Cámara alta discute si convierte el ley la iniciativa que permitirá a pacientes terminales rechazar nuevos tratamientos. De aprobarse, se abrirá el debate del rol del médico. Luego, tratarán la propuesta de identidad de género Luego del intento fallido de la UCR para crear una comisión investigadora sobre el caso Ciccone, el Senado comenzó a debatir el proyecto de muerte digna, que ya tiene media sanción de la Cámara de Diputados y se encuentra listo para ser convertido en ley.
Más tarde, los legisladores debatirán la iniciativa que reconoce a cada persona la identidad de género autopercibida por cada persona, que también se encuentra en condiciones de ser sancionada en esta sesión.
Ninguna de las bancadas del Senado anunció que se opondrá a alguno de los proyectos. Tampoco ningún legislador objetó los proyectos, ni en general ni en particular, durante el debate en las comisiones, por lo que se presupone que ambas iniciativas conseguirán ser aprobadas.
El proyecto sobre identidad de género contempla que toda persona "tiene derecho al reconocimiento de su identidad de género, tal como cada persona la siente", corresponda o no con "el sexo asignado al momento del nacimiento".
El texto permite también que toda persona pueda solicitar la rectificación registral del sexo y el cambio de nombre e imagen "cuando no coincidan con su identidad de género autopercibida, sin necesidad de ningún trámite judicial o administrativo".
Admite además el acceso para los mayores de 18 años a intervenciones quirúrgicas totales y parciales y/o tratamientos integrales hormonales para adecuar su cuerpo, incluida su genitalidad, a su identidad de género autopercibida, "sin necesidad de requerir autorización judicial o administrativa".
En tanto, el proyecto llamado "muerte digna" obtuvo dictamen favorable de comisiones el 10 de abril último y reconoce que "el paciente tiene derecho a aceptar o rechazar determinadas terapias o procedimientos médicos o biológicos con o sin expresión de causa, así como también a revocar posteriormente su manifestación de voluntad".
La iniciativa indica que el paciente terminal puede rechazar procedimientos, cirugías y "medidas de soporte vital, cuando sean extraordinarias o desproporcionadas en relación a las perspectivas de mejoría" pero lo obliga a expresar su postura al facultativo, quien antes lo habrá informado sobre su real estado de salud, los tratamientos posibles y sus consecuencias.
También se establece que, en el caso de que el paciente se vea impedido de dar su consentimiento, serán sus familiares o los responsables legales quienes deberán dar a conocer la decisión de prolongar la agonía por medios artificiales. Esta norma no implica la legalización de la eutanasia ni el suicidio asistido.
El debate sobre la muerte digna cobró especial relevancia tras el caso de Camila. La beba nació muerta el 27 de abril de 2009, pero fue reanimada. No le funciona ninguno de sus sentidos y tampoco tiene conciencia. Respira y se alimenta de manera artificial.
Sus padres reclaman precisamente "una muerte digna" para la pequeña, que ya cumplió 3 años y pasa sus días internada en el Centro Gallego de Buenos Aires.
Fuente : Infobaes
Miércoles, 9 de mayo de 2012
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