Primeras señales de una eventual candidatura Roberto Lavagna se muestra activo, pero con un celoso control de imagen y lejos de los K El ex ministro no tiene contacto con CFK. “Te tiñe”, fundamentan en su entorno. Sus próximos pasos.
Cuando con tono festivo el locutor llamó a la foto grupal, Roberto Lavagna se puso de pie y, con tranco rápido, abandonó el salón. El invitado top, epicentro del corro político que Sergio Uñac montó en San Juan, le escapó a los flashes.
La fuga, anecdótica, refleja el celo con que el economista usa sus palabras y sus imágenes. Durante el almuerzo -a puertas cerradas- en el subsuelo del Del Bono Park, escuchó a todos pero luego, a la hora de posar, se escabulló.
En estas semanas, dará señales del preciosismo con que quiere administrar su imagen. Tendrá varios encuentros que funcionarán como señales de lo que, en voz baja, se da por hecho: que será candidato. Se verá con mujeres, empresarios y dirigentes que, según la hoja de ruta reservada, saldrán a apoyar la cruzada Lavagna 2019. Clamores.
En San Juan, primer episodio público junto a dirigentes desde que sonó como presidencial, tuvo un saludo gélido con Juan Manuel Urtubey y no hubo charla, ni de pasada, con Agustín Rossi, candidato y jefe del bloque de diputados K.
Tampoco -o menos aún- con la senadora Anabel Fernández Sagasti, la dirigente camporista a la que Cristina Kirchner bendijo como "mi precandidata" a gobernadora de Mendoza.
Rossi no se encontró mano a mano con Lavagna, pero en un brindis en la Casa de Gobierno conversó un rato con Juan Manuel Urtubey, el gobernador del PJ con más extremo relato anti K
Los intendentes del conurbano que viajaron en San Juan invitados por Uñac tampoco hablaron largo: tienen, en general, diálogo con Marco Lavagna pero no rompen el cerco -y la distancia- que pone el ex ministro de Néstor Kirchner. "Ya llegará el momento", dicen cerca de Lavagna.
De sus primeros movimientos en un escenario semiabierto como el sanjuanino, queda claro que Lavagna quiere moverse lejos de la galaxia K. No hay y, según aseguran a su lado, ni habrá diálogo con Cristina Kirchner. "Te tiñe", es la frase sintomática que suena en el entorno.
La semana pasada, en el PJ bonaerense circuló que Eduardo Duhalde visitaría a la ex presidente para proponerle que no sea candidata. A cambio, tendría la lapicera para las listas de senadores con el fin de fortalecer su bloque.
A Duhalde se atribuye haber dicho que es inminente una medida judicial sobre el PJ nacional que preside José Luis Gioja. El lomense milita la candidatura de Lavagna desde los tiempos en que el economista decía que el candidato debía ser el fallecido José Manuel De la Sota.
La lejanía con Cristina, que aplica a los referentes K, se explica a partir de un escenario según el cual, su figura se potencia si la ex presidente y Mauricio Macri son candidatos. Si uno de los dos no está, se desperfila.
Una encuesta que leen en el PJ Federal aporta que el economista toma, en partes iguales, votantes del presidente y de la ex presidenta, mientras que casi en la misma proporción que atrae a indecisos.
Pero cada vez que aparecen datos sobre la negativa de Macri, que según el territorio rondan el 70 -con picos, como Rosario, de 80 puntos, en el peronismo se vuelve a instalar el interrogante sobre si al final el presidente irá en busca de su reelección.
"Si Macri no juega, Cristina tampoco", teoriza un dirigente del conurbano.
Ahí reaparece una de las cláusulas que reclama el economista para ser candidato: que no haya primarias en Alternativa Federal, espacio al que pide incorporar no peronistas. En San Juan, lo dijo ante un auditorio casi puramente PJ cuando Miguel Lifschitz dijo que estaba en minoría.
"No son minoría, son una parte esencial del todo", dictaminó. Al rato, se sentó a tomar un café con el gobernador de Santa Fe durante casi media hora. Por lo pronto, estará presente -al menos con un mensaje grabado- en el encuentro del Frente Progresista de esa semana.
Fuente: Clarín
Lunes, 25 de febrero de 2019
|