Sociedad Enfático pedido de monseñor Stanovnik: terminar con los desencuentros entre argentinos ITATÍ, Corrientes. (Enviados especiales Pamela Soto y Miguel Ángel Romero) - Una multitud se congregó ayer en Itatí para celebrar la fiesta del 116º aniversario de la Coronación Pontificia de la Virgen. Tras una caravana náutica y el encuentro de las vírgenes peregrinas de Itatí y de Nuestra Señora de Caá Cupé -llegada desde el Paraguay-, que se produjo en el muelle sobre la costanera del pueblo, la gran procesión caminó por el pueblo hasta llegar a la imponente Basílica.
Allí el arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik, ofició la misa central del día ante la multitud, que fue especialmente acompañada por el gobernador de Corrientes Ricardo Colombi; el senador nacional, Carlos Mauricio Espínola, y el intendente de Itatí, Natividad Terán, junto a funcionarios municipales y autoridades de Prefectura Naval.
El mensaje fue claro y preciso: “Nadie puede desentenderse de la realidad que vive el país ni el mundo”, mucho menos en “el año de la misericordia”.
“Estamos nosotros junto a nuestra Madre, felices de estar aquí, por el solo hecho de encontrarnos frente a ella por cuánta ternura y bondad irradia su imagen. Siempre hay que responderle con una mirada nuestra de valor y confianza”, dijo Stanovnik; quien luego volvió a recordar que en este Año de la Misericordia “queremos contemplarla a María como aquélla que nos abre las puertas de la misericordia y nos conduce a su hijo Jesús. Él es la misericordia, una misericordia que no conoce límites y que se tiene que hacer estilo de vida entre nosotros”.
Así recordó la frase de uno de los predicadores de la palabra del papa Francisco, quien dijo el Viernes Santo de este año ante el mundo que “solo la misericordia salvará al mundo”. “Por eso a Ella, que nos mira con ojos de misericordia, le imploramos que no deseche las súplicas de sus hijos que humildemente confiamos en su amor. Dejemos que esos ojos penetren con su mirada en nuestro corazón y nos hagan experimentar las infinitas bondades y la pasión que Dios tiene por cada una sus criaturas. Así, quien se siente al lado ama porque el que haya recibido gratuitamente también comparte gratuitamente con todos”, señaló.
“Encontrarnos como hermanos”
Por otra parte, monseñor Stanovnik se refirió al Bicentenario de la Independencia argentina y envió un contundente mensaje a la clase política del país y la provincia -estaban presentes el gobernador de Corrientes, Ricardo Colombi, también funcionarios provinciales y municipales-, diciendo: “Desde la Iglesia hemos reflexionado sobre la necesidad de cuidarnos. Entre los principales males, el primero que señalamos en el Documento del Bicentenario, es el desencuentro que no nos deja reconocernos como hermanos, con el riesgo de convertirse en el desencuentro del otro”. “Lo que le sigue es la corrupción generalizada, el narcotráfico en el que lamentablemente se ve involucrado cada vez más este nuestro querido pueblo de la Virgen y el descuido de la casa común, cosa que nos preocupa”, remarcó.
En este marco alentó a los presentes a “no desentenderse de esa responsabilidad”. “Ciudadanos y gobernantes y todas las instituciones que conformamos la sociedad civil, incluida la Iglesia. Necesitamos hermanos y hermanas salir del letargo en el que nos sumerge el individualismo de pensar cada uno en sí mismo y culparse a sí mismo. Porque así el mal que no da tregua nos encuentra debilitados e insensibles ante los urgentes desafíos que nos exigen cuidarnos unos a otros”, remarcó el arzobispo de Corrientes. “La fe en la Virgen tiene que despertarnos y ayudarnos a descubrir que somos un pueblo de hijos y de hermanos, peregrinos con los ojos bien abiertos a los peligros que nos acechan en el camino”, concluyó.
Fiesta popular para celebrar la coronación de María
Al menos unas 300 mil personas se acercaron a la localidad de Itatí para celebrar un nuevo aniversario de la coronación de nuestra Señora de Itatí.
El 16 de julio de 1900 la imagen fue solemnemente coronada por voluntad del Papa León XIII y entronizada con el nombre de Reina del Paraná y del Amor. Desde esa fecha, todos los años la gente se acerca a la gran fiesta popular que incluye el agradecimiento a “mamá María” por “dar vida, trabajo y salud”.
Alrededor de la gran fiesta popular hay de todo: música, bailes y alegría, mucha alegría por estar acompañando a María en este nuevo aniversario de su coronación. Y también vendedores ambulantes aprovechan para vender comidas regionales, artesanías e imágenes de santos y vírgenes.
Promesas cumplidas
Como todos los años, miles de personas le piden a María una ayuda, a cambio prometen largas caminatas hacia la basílica.
Los jóvenes piden trabajo, salud y que María los acompañe en sus estudios y desafíos que la vida les presenta. También le ofrecen a la Virgen su compañía y entrega realizando un servicio a la comunidad, atendiendo a los que llegan desde lejos para tocar la imagen de la Reina del Paraná y del Amor.
Por otra parte, para algunas familias es tradición visitar a la Virgen María en los días festivos. Tal es el caso de una familia campesina del Paraje Barranquerita, cercano a San Miguel, que cada 16 de Julio se acerca a venerar a “mamá María”.
“Todos los años caminamos 127 kilómetros para llegar a la basílica. En esta ocasión vinimos pocos por razones de salud, no pudimos venir todos, pero los que llegamos trajimos los agradecimientos de todos. Además, pedimos salud y que no nos falte el trabajo porque de eso vivimos”, contó Manuel, jefe de la familia.
Encuentro de los pueblos
Jóvenes, adultos y ancianos y familias enteras acamparon y se instalaron a la vera del río Paraná para participar del tradicional encuentro de las dos vírgenes, la de Itatí y la de Nuestra Señora de Caá Cupé de Paraguay, que para los religiosos presentes consultados por NORTE significa “la unidad de los pueblos a través de la Iglesia Católica”. Después de eso, todos caminaron en procesión hasta la basílica para escuchar la misa.
Fuente: Diario Norte.
Domingo, 17 de julio de 2016
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