Elecciones 2015 ¿Quién será el ganador de las elecciones porteñas? ¿Quién ganará el balotaje entre Horacio Rodríguez Larreta, del PRO, y Martín Lousteau, de ECO? Rpta: Mauricio Macri. La pregunta de este domingo cae de madura, y la respuesta también. Es que Macri es el más firme candidato presidencial del frente opositor Cambiemos, que a nivel nacional engloba a ambos contendientes porteños.
El líder del PRO y precandidato presidencial no figuró esta vez en las boletas de las elecciones municipales, pero su espacio se consolidó al punto de que la descendencia de su "proyecto” obtuvo más votos que él en su mejor momento. Esto se traduce en un solo balance: su espacio político, aún novel, está consolidado, al menos en lo suficiente como para no dejar dudas en su propio territorio algo que los líderes políticos vencedores capitalizan en una cruenta comparación con los vencidos.
El kirchnerismo entiende al electorado capitalino como una especie rara, invulnerable para sus políticas públicas. Podría decirse que el Gobierno está más interesado en el resto del país, y quizás sea cierto, pero ocurre que el Gobierno es nacional, y la capital federal es parte de esa nación, y una de los focos electorales más significativos, por la cantidad de electores y por ser el escenario de su principal opositor. No obstante, y aunque no tiene sentido, dedica permanentemente una cuota importante de energía a aplacar su relevancia.
Al cabo de más de una década ganada, el Frente para la Victoria sigue perdiendo en la Capital y la presidente Cristina Fernández se la lleva como materia pendiente. No pudo capitalizar la heterogeneidad de la oposición, y ni su división en dos aguas le sirvió para entrar al balotaje, con lo que no sólo ésta constituye su tercera derrota, sino que es la peor de sus elecciones, no sólo por no poder participar de la segunda vuelta, sino por estar obligados a elegir entre Macri o Elisa Carrió, o disfrazar su derrota de voto en blanco; poco menos que una afrenta.
Desde mañana, el eje principal de la estrategia del oficialismo será relativizar el triunfo del macrismo y el empellón que significarán las elecciones porteñas para las pretensiones presidenciales de Mauricio Macri, incluso cuando el triunfo sea de Lousteau. Como sea, nada le cambiará la cara a la derrota de Recalde que apuntó a la segunda vuelta pero debió conformarse con mejorar el hándicap que le pronosticaban las encuestas, incluso las propias. Inmediatamente, el mapa político se extenderá a todo el país, donde el camino de Macri encontrará más espinas.
Al kirchnerismo le duele jugarla, pero no tiene mejor carta que Daniel Scioli, lo que significa que, así como en la Capital, en el PJ tampoco logro catapultar una figura de sus proporciones, capaz de disputarle algo a un tipo al que siempre tuvo entre ceja y ceja. Lo intentó con Randazzo, alentándolo hasta que la Presidenta no tuvo más remedio que abreviar sus aspiraciones de presidente a gobernador de Buenos Aires. Randazzo no daba la talla y seguía a medio vestir, pero se animó a decir que no dejando a la mismísima Cristina sin el pan y sin la torta, y con la difícil misión de comenzar de cero.
Scioli es Scioli: un tipo que resistió los embates del frente interno y sigue resistiendo el "fuego amigo”, además cruzado. En la última semana dos estandartes del kirchnerismo más concentrado le hicieron centro: Hebe de Bonafini, la titular de Madres de Plaza de Mayo, volvió a desconfiar de su integridad y moral políticas; y Horacio González, el director de la biblioteca Nacional y uno de los intelectuales mejor ponderados del "modelo”, avisó que se va prácticamente avergonzado por él y enojado por no poder decir abiertamente que lo detesta, aunque después justificó haberlo dicho en privado.
Así las cosas, parece muy difícil que el oficialismo forme fila detrás de Scioli. La bendición de Cristina y los buenos oficios de los gobernadores que lo invitaron a sus festejos, no fueron suficiente para aplacar el resentimiento de los kirchneristas de pedigrí que no encuentran consuelo ni en la garantía que podría significar Carlos Zannini para sus intereses ideológicos. Para muchos, entre otros, para el mismo Randazzo que lo dijo con todas las letras, "Scioli es Macri; son los candidatos Clarín”. Entonces, y según esta particular propiedad transitiva: ¿Ganó Clarín?
Fuente: Primera Linea
Domingo, 19 de julio de 2015
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