Bautismo goleador Icardi y Dybala tuvieron su desahogo y Argentina volvió a vencer a México Convirtieron sus primeros goles en la Selección en el 2-0 en Mendoza. Fue el último partido del año para el equipo de Scaloni.
Mendoza pudo darse el lujo de disfrutar de las dos grandes noticias que le faltaba a este ciclo interino de Lionel Scaloni. Puede considerarse hecho el entrenador que seguramente será ratificado en los próximos días hasta la Copa América de Brasil. La Nueva Selección venía aprobando sus parciales y en el final encontró las satisfacciones que le quedaban pendientes para que el panorama sea completo: los primeros goles de Mauro Icardi y de Paulo Dybala, sus dos máximas figuras, sin Lionel Messi a la vista.
Sin juego, pero con contundencia, el conjunto nacional se llevó la revancha de la Copa Adidas por 2 a 0 (el primero lo había ganado por el mismo resultado el viernes en Córdoba). Y finalizó el año con un saldo positivo desde la frustración del Mundial. En seis amistosos con Scaloni, ganó cuatro, empató uno y perdió uno.
Ocho partidos. Trescientos noventa y un minutos. Eso fue lo que tardó el capitán del Inter en romper con su sequía con la camiseta de su país. La ausencia del gol era algo que lo tenía preocupado, más allá de exteriorizar frialdad a la hora de declarar. Es lógico, es el delantero insignia de la renovación. Y un nueve que no la meta, más allá de su apellido, no dura mucho tiempo en un equipo, y esto incluye a la Selección. Sin Gonzalo Higuaín y sin Sergio Agüero, es Icardi de quien se espera que traiga las alegrías.
Y en la calurosa noche del Malvinas Argentinas fabricó junto a Erik Lamela su grito sagrado, el que recordará por siempre. Todo se inició en un envío desde el arco de Gerónimo Rulli. Icardi, a puro oficio, la bajó con sus muslos de espalda al arco y Lamela, de primera le devolvió la pared. El rosarino enganchó de derecha y soltó el disparo ganador con la zurda.
Todo eso ocurrió al minuto de juego en un estadio que todavía se estaba llenando. Después de ahí, poco pasó. Y en un partido sin emociones, Icardi fue lo más destacado. Es que, además del gol, Mauro demostró un gran despliegue con y sin la pelota. Porque debió moverse permanentemente para insertarse en el circuito de juego en un equipo que argentino que no se adueñó del dominio y que puso más hombres en el mediocampo que arriba.
México controló en grandes tramos del encuentro el balón, aunque le costó mucho quebrar a su rival, que con Santiago Ascacibar bien plantado en el círculo central y una defensa estable tuvo pocas fisuras. De hecho, cuando en el segundo tiempo salió el Rusito, los mexicanos lograron penetrar más. Ahí llegaron un par de chances. La más clara fue el cabezazo del ingresado Jesús Gallardo -le ganó la espalda a Gabriel Mercado- que tapó a puro reflejo el debutante Paulo Gazzaniga (entró por Rulli). El nuevo arquero tapó otro remate complicado para demostrar que aprovechó a lo grande su oportunidad.
La salida de Rodrigo De Paul también debilitó al conjunto de Scaloni. De Paul, de buena primera parte, trató de generar sorpresa con envíos de izquierda a derecha para la subida de Roberto Pereyra. Y protagonizó buenas conversaciones futbolísticas con Maxi Meza y con Marcos Acuña, cuando el lateral subía.
Lamela tuvo la otra chance de peligro que generó la Argentina más allá del gol en el inicio. Y Mauro Icardi también participó: fue quien le abrió el balón hacia la derecha al del Tottenham, que remató desviado. En la etapa final, casi todo era de México. Pero falló en la definición la selección visitante, que apretó pero no lastimó. Y en el peor momento del equipo celeste y blanco, llegó la frutilla del postre.
Con el de Icardi, faltaba el de Dybala. Y se gritó fuerte el del pibe de la Juventus. dieciocho partidos. ochocientos veinticuatro minutos se tardó La Joya. Pero puede decir que tendrá un fin de año más relajado sin dudas. Todos lo pedían en una cancha de clima familiar. Scaloni le dio el gusto al público y Dybala respondió. Fue en un contraataque. Giovanni Simeone se la dio al cordobés, que definió por abajo del arquero Jesús Corona.
A falta de juego, buenos son los goles. Y sin son de los referentes de este nuevo proceso, qué mejor.
Miércoles, 21 de noviembre de 2018
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