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Economía Este es el plan del Gobierno para "encanutar" dólares y financiar el gasto en pesos Negocian un esquema de "market maker" con un grupo de bancos argentinos: buscan preparar el mercado para emitir deuda en pesos y así cubrir el rojo fiscal.
Nicolás Dujovne le está haciendo la puesta a punto a una estrategia que, según cree el ministro, se convertirá en un verdadero golpe de efecto en la City porteña y también en Wall Street. Así se lo transmitió a algunos de sus colegas en el Gabinete nacional.
Se trata de un plan para emitir títulos de deuda en pesos, con el objetivo de hacer un colchón con los dólares que vaya desembolsando el FMI.
De hecho, el titular de Hacienda ya analizó su estrategia con algunos bancos líderes, a quienes necesitará para que el plan tenga éxito.
La idea pasa por desempolvar un antiguo proyecto en el mundo de las finanzas: la formalización de los "market makers" (hacedores de mercado), cuya reglamentación se implementó a comienzos del gobierno de Mauricio Macri.
Los "hacedores de mercado" tienen la obligación de asegurar la liquidez en el mercado secundario. En este caso, de los bonos en moneda local que lance el Gobierno. También deben salir a suavizar las fluctuaciones de los precios.
El plan de Dujovne luce atractivo desde el punto de vista de las finanzas del país: emitir bonos de deuda en pesos para cubrir los vencimientos del próximo año y, de esa manera, guardarse los dólares que vayan ingresando con los desembolsos del FMI.
El funcionario luce entusiasmado. Está confiado en que este plan derramará optimismo en el mercado local y en Wall Street.
El ministro supone que esta incursión se interpretará como el primer paso hacia la regularización de los mercados. Hacia el regreso de la Argentina al circuito de deuda voluntaria que se clausuró a comienzos de 2018, y así ya no depender 100% del financiamiento del Fondo.
En los hechos, este diagrama figura en el último acuerdo con el organismo. Y también forma parte de las exigencias "de palabra" del staff del FMI hacia los funcionarios argentinos.
Los resultados iniciales del último plan de estabilización están rindiendo frutos. Esa satisfacción fue reconocida por Dujovne en su último viaje a Nueva York. Y también en los distintos encuentros que mantiene con las delegaciones de inversores que lo visitan en su despacho.
Dujovne cree que, tras un año durísimo por la explosión y severidad de la crisis, ha llegado el momento de asegurar ese ordenamiento. Además, que lo concretará en sociedad con Guido Sandleris, su alter ego en el Banco Central.
Así como el titular del BCRA tiene en sus manos el diseño de la curva para ir bajando las tasas de interés, Dujovne prioriza el cumplimiento de las metas fiscales y la recomposición del mercado de la deuda.
"Es la primera vez en muchos años que seremos capaces de prefinanciar los vencimientos del año siguiente", se entusiasma el ministro cuando comparte el programa.
El dato no es menor: los dólares prestados por el FMI cubrirán los vencimientos de la deuda de lo que resta de este año y del 2019. Pero, de ahí en más, el esquema se tranforma en una especie de "arreglate como puedas".
Los financistas están muy atentos a esa situación
Vencimientos encadenados
En concreto, los desembolsos del FMI se compactan básicamente entre este año y el próximo:
- En 2018, u$s28.400 millones
- En 2019 (electoral), u$s22.800 millones
- En 2020 (nuevo gobierno), u$s5.900 millones (contra u$s20.700 millones a pagar por vencimientos)
Los compromisos de deuda se abultan para los años siguientes:
- En 2021, u$s21.900 milllones (sólo u$s6.500 millones son con el Fondo)
- En 2022, u$s35.300 millones
Está claro que, por ahora, no hay ninguna fuente de dólares para esos años.
Precisamente, ese es el panorama desolador que miran los financistas, que se preguntan de dónde sacará el dinero la próxima administración. Nadie lo sabe. La incertidumbre es total, y esta es la principal causa por la cual el riesgo país se quedó en niveles elevados.
En vista de ese escenario, Dujovne tomó la decisión de diseñar un plan para armar un colchón. Por ahora modesto.
Para 2019, las cuentas son así:
- Los vencimientos por deuda suman $377.000 millones y u$s24.200 millones, incluyendo los compromisos por los bonos (Global 19; Bonar 24; las Letes y el Repo con los bancos).
- Por el lado de los ingresos, el FMI desembolsará u$s22.800 millones, a los que se sumarán u$s6.000 millones de organismos internacionales y un saldo de este año por otros u$s5.400 millones
- Pasando en limpio: para 2019 al Gobierno le "sobran" u$s10.000 millones entre lo que enviará el FMI y los vencimientos en "moneda dura".
Esos u$s10.000 millones podrían ser vendidos en el mercado y así pagar los pasivos en pesos.
Pero (y aquí aparece el plan Dujovne), la idea es salir al circuito con títulos en pesos y guardarse aquel sobrante "verde" para cuando haya que afrontar vencimientos de 2020, por ejemplo.
Para "largarse" al mercado sin que se vuelva una pesadilla, el programa contempla la formación de "market makers", comentado más arriba.
Es lo que ya se negocia con algunos bancos líderes. Y el secretario de Finanzas, Santiago Bausili, ya sondeó la opinión de bancos de inversión referentes en Wall Street.
Armando el menú
El diagrama cuenta con el respaldo del FMI, cuyo staff viene insistiendo en la necesidad de que Argentina retorne cuanto antes al mercado de crédito voluntario.
Todavía no están seleccionados los activos en pesos que formarán parte del menú. Lo que sí existe es el objetivo de estirar los plazos; y por eso se piensan lanzar títulos atados a la inflación.
Entre las alternativas que se explorarán figuran los papeles de entre seis meses a un año de plazo. ¿A qué tasa de interés? En la City creen que podrían rendir el equivalente a Badlar más un rango de entre 3 y 5 puntos. El último viernes, la Badlar (rendimiento de los plazos fijos superiores al millón de pesos) ascendía al 52% anual.
Es decir, los nuevos bonos en moneda local deberían ofrecer (a valores de hoy) entre 55% y 57% anual. Nada mal en relación con la previsión de inflación minorista para los próximos 12 meses, que asciende al 30% según el último relevamiento del Banco Central entre las consultoras de la City porteña (REM).
Semejante rendimiento le permitiría al Gobierno a reeditar algo de "carry trade" pero con títulos de más largo alcance y emitidos bajo el paraguas de los "market makers", que deben asegurar la liquidez y sostener los precios de esos bonos.
El lógico riesgo que se corre con este esquema radica es el "crowding out". Es decir, el desplazamiento de crédito que podría dirigirse hacia el sector privado.
En el Gobierno quitan dramatismo, con un argumento que suena lógico: "El peor escenario es que no salgamos al mercado. Que nos quedemos quietos dependiendo del FMI. Todos sabemos -el mercado y nosotros- de que esa estrategia tiene patas cortas", dice la fuente.
En el Palacio de Hacienda están convencidos de que se trata de dar el primer paso hacia una normalización financiera. Que llevará tiempo pero que, con el dólar en calma y la tasa de interés de referencia con tendencia a la baja, se abre la chance de abrir el juego a los bancos y fondos de inversión.
La señal es fuerte: la última gran emisión en pesos causó un gran quebranto a los financistas. A mediados de mayo, el fondo Templeton adquirió u$s2.250 millones en Botes (Bonos de Tesorería).
Por su exposición a los bonos argentinos en moneda local, reportó pérdidas por u$s1.250 millones. Había comprado títulos atraído por un buen rendimiento pero la devaluación lo dejó fuera de combate.
¿Tendrá la revancha ahora? Obviamente, se desconoce si ese fondo de inversión participará de las próximas licitaciones. Lo que sí se sabe es que la apuesta, por lo menos del Gobierno es que esta vez el plan salga bien. Ya no hay Plan B que pueda servir como alternativa.
Fuente: iProfesional
Miércoles, 14 de noviembre de 2018
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