Presionaban empresarios hasta en una fiesta de casamiento De Vido y Baratta cobraron coimas en medio de la crisis energética del 2008 Los dueños de las empresas Albanesi y Secco contaron al juez con detalles cómo les pedían sobornos mientras Moreno los increpaba para que no faltara electricidad.
En el 2008, Armando Loson, presidente de la empresa Albanesi, estaba en el casamiento de su hija y recibió un llamado telefónico urgente del entonces secretario de Comercio, Guillermo Moreno, en medio de la crisis energética que sufría el país:
- La puta madre. Cortá el gas de las turbinas de tu empresa y pasá a gasoil.
- Secretario, es imposible cambiar tan rápido el combustible. Tengo que parar la turbina por lo menos seis horas para hacerlo- contestó Loson.
Loson tuvo que salir de la ceremonia y dar la orden porque el gobierno de Cristina Kirchner quería ocultar la crisis energética y no dejar a las grandes ciudades sin electricidad para que no haya mal humor colectivo y perder votos. En la causa de los cuadernos de las coimas, ante el juez Claudio Bonadio y fiscal Carlos Stornelli, Loson aclaró que Moreno lo presionó ese día tan importante para su familia “pero nunca me apretó con plata”. En cambio, sí recibió pedidos de plata negra del ex secretario de Coordinación del ministerio de Planificación, Roberto Baratta.
Las confesiones de Loson y del presidente de Secco, Jorge Balan, abren la punta para los negociados con la construcción de centrales térmicas que manejó el ex ministro de Planificación Julio De Vido y Baratta, a través de la empresa estatal ENARSA. Es el mecanismo de las coimas energético, uno de los cuatro circuitos que investiga De Vido, junto con obras viales, subsidios al transporte y los negociados con Venezuela. Solo las centrales térmicas de ciclo completo Barragán y Brigadier López le “costaron al estado unos 1.600 millones de pesos”.
Clarín accedió en exclusiva a las confesiones completas de Loson y Balan que grafican los manejos oscuros de este sector pese a que millones de argentinos sufrían cortes de luz en los días de mucho frío o mucho calor.
Loson contó que su empresa siempre fue un proveedor a otras firmas privadas como YPF-Repsol, Panamerican Energy o Total. Recordó que siempre el presidente de CAMMESA -la compañía administradora del mercado mayorista eléctrico- era el secretario de Energía de turno, pero De Vido "la puso directamente bajo su control". “Tomó la batuta y decidía quien cobrara y quien no”, afirmó.
En 2008, su empresa entró en el proyecto de ampliación de gasoductos que impulsaba ENARGAS donde invirtieron “124 millones de dólares”. Pero en 2013 el nuevo ministro de Economía, Alex Kicillof, le sacó el transporte a Albanesi y se lo pasó a CAMMESA. “Entonces, me llamó el presidente de Nación Fideicomisos, doctor Arceo y me dijo que tenía firmar el traspaso sino tengo la bandeja de plata en la mano para llevarle tu cabeza a Cristina”. Antes le había pasado algo parecido con la planta de energía Sorrento de Rosario, que estaba en manos del grupo Taselli, y Baratta junto con el entonces secretario general de Luz y Fuerza, Oscar Lezcano -otro que está sospechado de haber recibido supuestas coimas de parte de ENARSA mientras vivía- lo presionaron para poner en marcha la planta en forma urgente. “Lezcano me tomó del hombro y me dijo: 'Armando no tenés que consultar con nadie'. Hacete cargo de la planta de Sorrento”. Admitió que, ante las presiones, le entregó “1.800.000 pesos” en una bolsita a Baratta de su cuenta personal.
Por su parte, Balan, en su confesión, contó un modus operandi parecido al sufrido por Loson con los contratos eléctricos que recibió. Por una decisión personal de él, en el 2008 metió la empresa en las “licitaciones” de la empresa ENARSA -creada por Néstor Kirchner- para construir centrales térmicas a gas a fin de producir electricidad y paliar la crisis energética. Ganó los contratos para La Rioja, Catamarca y Rafaela (Santa Fe), entre otras. Fue la única contratación que tuvo con el Estado.
Pero en el 2013, recibió una llamada de Baratta conminándolo a “ponerse”. Así le entregó 200 mil pesos en una bolsita de plástico a Nelson Lazarte, empleado de Baratta. Luego lo llamó nuevamente Baratta y le dijo que había que “poner más”. Así vino desde Santa Fe, alquiló un auto y entregó otros 700 mil pesos. En el 2015, la mano derecha de De Vido volvió a llamarlo y le dijo que “había que ponerse” para la campaña electoral de ese año y así entregó otros 500 mil pesos “de mis fondos personales, en blanco”. Mientras su empresa tenía 1.500 empleados diseminados por todo el país, recibió un llamado de Moreno increpándolo “en tono despótico” porque había girado dinero al exterior para comprar equipos a Siemens, en pleno cepo cambiario. Luego desde la secretario de Comercio le mandaron un inspector a controlar que lo que decía era cierto.
Todo en un ambiente de desconfianza. Loson se quejó porque mandó vinos de su bodega Desierto de la Pampa a De Vido, Baratta y otros y “se los robaron” en la recepción del ministerio. Sin embargo, el ministro y Baratta luego le reclamaron que le mandara varias cajas de sus vinos para las fiestas de fin de año.
Fuente: Clarín
Miércoles, 24 de octubre de 2018
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