La interna en Cambiemos El Gobierno le mandó un emisario a Elisa Carrió: retos, promesas y heridas abiertas El Presidente envió a un dirigente de su extrema confianza a hablar con la líder de la Coalición Cívica. Y logró una paz. Al menos, por ahora.
La experiencia del paso explosivo de Elisa Carrió por la mesa de Mirtha Legrand le dejó una lección al Gobierno: con la líder de la Coalición Cívica es mejor no hacer pronósticos. Es que las duras declaraciones que realizó dejaron desairados a los funcionarios que esperaban -y así lo reflejó Clarín- que cerrara la pelea con Mauricio Macri en su reaparición televisiva. Por eso, aunque en la última semana la diputada no volvió a golpear, nadie se anima a asegurar que se trata de un gesto de paz definitivo, ni tampoco cuánto va a durar. Pero en la Casa Rosada destacan las gestiones de un grupo reducido de funcionarios y, en especial, una reunión secreta que mantuvo la diputada con un funcionario muy cercano al Presidente.
El encuentro ocurrió la semana pasada y fue en Exaltación de la Cruz, donde Carrió tiene su casa. Hasta allí llegó José Torello, amigo y jefe de asesores del Presidente; uno de los funcionarios que, aún en las diferencias, más respeta la diputada: al cabo, aunque también ocupa una silla en la “mesa judicial” del Gobierno, tan cuestionada por Lilita, no recibió sus embates.
Según fuentes al tanto de esa reunión, que se prolongó por más de dos horas, fue un intercambio “muy frontal”. “Hablaron todo lo que tenían que hablar. Lilita dijo todo lo que quería decir y José la escuchó, le aclaró algunas de esas cosas; pero también le dijo lo que no había caído bien”, contó un funcionario que tiene buen diálogo con ambos dirigentes. Aludió al enojo del Presidente por la postura de su aliada.
Aunque el tema Justicia acaparó gran parte de la cumbre, otro de los planteos de Carrió giró en torno a cómo se tomaron las últimas decisiones trascendentes en el Gobierno, algo que incluso había expuesto ante Mirtha Legrand. “Ella no discute el liderazgo del Presidente, pero sí quiere que se hable más, no le gusta escuchar que muchos se enteran de las decisiones por los diarios”, expuso un dirigente que la escuchó quejarse, por ejemplo, del cobro retroactivo del gas que finalmente, tras la polémica que generó, el Gobierno desestimó implementar. “Ella es valiosa y valiente y tiene su estilo fuerte y frontal. Está bueno que así sea. Nosotros la valoramos mucho”, dijeron desde el Gobierno, intentando conciliar con la socia fundadora de Cambiemos.
Torello no se lo pidió y Carrió tampoco hizo ninguna promesa. Pero fuentes al tanto de la reunión dicen que el balance fue “muy positivo”.
Además de Torello y del trabajo que hace el lilito Fernando Sánchez, secretario de Fortalecimiento Institucional, otro que ayudó para serenar a Carrió fue el ex vicejefe de Gabinete Mario Quintana. De viaje por Estados Unidos y advertido de que Lilita había dicho que lo extrañaba, el ex Farmacity se comunicó con ella y le adelantó que va “a volver” a trabajar en el Gobierno -aunque no sabe cuándo ni dónde-, lo que tranquilizó a la diputada.
Igual, por el momento nada hace pensar que Macri se decida a hacer los cambios en materia de Justicia que reclamó la diputada: el jefe de Estado ya respaldó varias veces al ministro de Justicia, Germán Garavano; apadrinado de Fabián “Pepín” Rodríguez Simón, el principal asesor judicial de Macri y de muy buena relación con Carrió.
En los últimos días, Macri también le extendió su apoyo al subsecretario de Relaciones con el Poder Judicial y Asuntos Penitenciarios, Juan Bautista Mahiques; a quien cerca de la diputada apuntan por su buena relación con Daniel “Tano” Angelici. Mahiques además ocupa el puesto de consejero de la Magistratura por el Ejecutivo, cargo que algunos maliciosamente decían internamente que quería Carrió.
Esa versión llegó a oídos del jefe de Gabinete, Marcos Peña, quien antes de que Lilita afirmara que no discutía por cargos, propuso ofrecérselo si eso lograba tranquilizarla de que el Gobierno no avala la impunidad. Fue en una reunión en la Quinta de Olivos, trazada especialmente para encontrar una solución al tema.
Angelici no perdió la calma cuando escuchó esa idea, pero transmitió un mensaje claro: “Si lo sacan, no me pidan más nada”. Aunque no tan vehemente, Gustavo Arribas, titular de la AFI y amigo íntimo de Macri; también salió en defensa de Mahiques, a quien recién conoció en la función pública. Esas dos opiniones fueron clave para que, al menos por ahora, se desestimara la iniciativa. Casualidad o no, en lo de Mirtha, Carrió apuntó contra el Presidente de Boca y habló de espionaje ilegal de la ex SIDE.
De todos modos, cuentan quienes hablaron con ella, que lo que terminó por hacerla enojar fue que ese mismo sábado, unas horas antes, Macri recibiera en su quinta de Los Abrojos al propio Mahiques y al flamante consejero electo por los abogados porteños, Juan Pablo Mas Vélez, quien encabezó la lista que apoyó Angelici.
Carrió evitó revelar públicamente esa reunión pero sí mandó un mensaje por elevación dos días después, en una nota con LN+: “No me gustan los dobles juegos. Yo le dije al Presidente que debía elegir este juego o el otro. En el acuerdo, él eligió este juego, pero luego me juega doble”, fue el mensaje personalizado para Macri. De ahí que nadie se anima a asegurar cuánto durará la calma. Y, mucho menos, a preparar un encuentro a solas entre ambos.
Fuente: Clarín
Martes, 23 de octubre de 2018
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