Economía Se reabre la polémica por el precio del gas El valor del producto es clave en la economía porque de él también depende cuánto cuesta la electricidad. Cualquiera sea la suba, se aplicará sobre tarifas que ya aumentaron 25 veces desde 2016. Los trascendidos sobre los criterios que aplicaría el ministro de Energía, Javier Iguacel, en lo que se refiere al precio del gas en boca de pozo, ya generan polémica entre analistas y crean incertidumbre en las petroleras que extraen el producto.
Se trata de ideas que el funcionario está divulgando aun cuando todavía falta ver en qué nivel queda el tipo de cambio hacia octubre cuando debe redefinirse el precio del gas, cómo está la situación económica y social en ese momento, y cuál es la reducción de subsidios que la conducción económica requerirá para cumplir lo pactado con el Fondo Monetario.
Según indican los allegados a Iguacel, el proyecto es postergar el próximo escalón de aumento en dólares que debía aplicarse en octubre, y compensar solo una parte de la devaluación sobre el valor fijado desde abril, lo que derivaría en un alza del 40% frente a un aumento del 80 al 100% que correspondería si no se deciden esas limitaciones.
En segundo lugar, Cammesa, la empresa que opera el despacho eléctrico y está controlada por el Estado nacional, llamaría a una licitación para adquirir gas a un precio presuntamente inferior a u$s5,20 que paga en la actualidad, lo que redundaría en una disminución del precio mayorista de la energía.
Por último, para cumplir con la reducción de subsidios comprometida con el Fondo Monetario, Iguacel estudia elevar el valor del gas para los usuarios de la Patagonia y algunas localidades muy frías del país, con el argumento de que todavía en esa región se paga menos por el producto que en el resto del país.
Consultado sobre el tema, Jorge Lapeña, presidente del Instituto Argentino de la Energía General Mosconi y referente energético de la UCR, dijo a este diario que "se plantea la necesidad de revisar la forma de fijar el precio del gas". En su opinión, por la importancia en la matriz energética argentina, "el precio del gas debe estar regulado, tal como dijo la Corte Suprema en 2016, pero regular no es un hecho caprichoso: es necesario saber cuál es el costo de cada yacimiento y retribuir los costos eficientes más una ganancia razonable, igual que se hace con el transporte y la distribución".
Desde una óptica distinta, José Sureda, quien fue subsecretario de Hidrocarburos en el primer año de Juan José Aranguren, afirmó que "el pecado original (de la gestión anterior) derivó de las pautas macroeconómicas a partir de las cuales se hizo el sendero de precios del gas: era cumplible con el PBI en crecimiento y con inflación de un dígito".
Añadió que "si las pautas macro no se cumplieron ahora habría que compatibilizar en el equipo económico, los pasos a seguir". "Si se plantea no subir el precio en dólares y compensar solo una parte de la devaluación, se vuelve a producir una distorsión: las distribuidoras no pueden pagar a las petroleras, pero tienen una deuda en el balance que pone en riego obras comprometidas", indicó, y destacó que "es una forma de gestionar que no suma a tener un sistema energético sustentable".
Sobre la licitación de Cammesa para comprar gas, Lapeña afirmó "no está garantizado que un mercado altamente concentrado como el del gas, pueda ofrecer precios competitivos, se pretende liberar un mercado que no es liberable". Yendo más allá y en relación a los trascendidos sobre una futura eliminación de Cammesa para que las generadoras eléctricas compren directamente el gas a las petroleras, Lapeña dijo que "se debe tener cuidado con experimentos sin tener pruebas de que van a dar resultados satisfactorios".
Por su parte, Sureda indicó que en la Argentina hay sobrante de gas en octubre, noviembre, marzo y abril, o sea los meses donde no hace demasiado frío ni demasiado calor. En su opinión, "el resto del año, el precio del gas va seguir estando en u$s5,20, a lo que se puede sumar que las petroleras que puedan hacerlo, van a cerrar los yacimientos de gas antes que venderlo a menos precio por unos meses".
En relación a un aumento en el precio del gas para la Patagonia, Sureda sostuvo que una medida de esa naturaleza "va a generar un problema político enorme y por el nivel de consumo de la región, el ahorro sería de $8.000 a $9.000 millones, lo que es insignificante frente a la necesidad de reducir $300 mil millones".
Ámbito
Martes, 17 de julio de 2018
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