Tecnología Internet y el precio del dólar: cómo impacta la devaluación en el abono y suscripción al servicio en Argentina El insumo de la conectividad está atado al dólar, por lo que los proveedores aseguran que no pueden eludir el incremento de las tarifas. Pese a todo, la cantidad de usuarios conectados no para de crecer, dando la pauta de que la población ya lo considera un servicio básico.
Aumenta pero no se cae. Así podría describirse la situación de la banda ancha en la Argentina.
Desde que se inició la corrida cambiaria, el precio del acceso a Internet también fue subiendo porque el megabyte (mb) mayorista, el insumo básico para tener conectividad, se paga en dólares. De modo que si la divisa aumenta, también lo hace el costo del servicio al consumidor.
Pero el alza no es uniforme. Como hay varios proveedores de acceso (ISP, por su sigla en inglés) que brindan sus prestaciones en distintas zonas, las políticas de suba del abono varían según el área en que operan.
Así, mientras algunas empresas aplicaron, por ejemplo, el aumento de mayo de manera completa, otros ajustaron la mitad de lo que subió el dólar, mientras que hubo firmas que recién iniciaron los ajustes en julio.
La mayoría avanza con estos incrementos porque no tiene capacidad para absorber la totalidad de la suba del costo.
Como contrapartida, aunque haya crisis, se dispare el billete verde y suba el precio de la conexión a Internet, los suarios parecen no se bajarse de este servicio.
Allá por el año 2001, en medio de la peor crisis de la Argentina, los usuarios comenzaron a ver los beneficios de conectarse, y la poca plata que sobraba era para ir a un cibercafé o a un locutorio, para chatear o mandar un currículum. Fue en esos años en los que se incrementó la cantidad de personas conectadas a la web, producto de ese cambio de conducta.
A unos 17 años de aquella época, los números actuales son contundentes: la Argentina contabilizó más de 7,35 millones de accesos a iIternet fijos en marzo, un 5,1% más que lo registrado entre enero y marzo del año anterior.
De ese total, 6,79 millones son hogareños y casi 568.000 corresponden a empresas de distinto tamaño, según datos del Indec.
Si bien la medición es previa al inicio de la corrida cambiaria y a su impacto en el precio del mb mayorista -que luego se traslada a los accesos residenciales-, ya existen antecedentes de que cuando se producen aumento de precios de los abonos, esto no se traduce en baja de clientes.
En 2015, cuando se liberó el cepo y el dólar pasó de $9 a $15 sin escalas, las empresas de Internet debieron maniobrar la situación del mismo modo. Y no hubo una salida masiva de usuarios.
¿Qué está pasando ahora con las empresas que ofrecen banda ancha?
Algunas empresas facturaron sus servicios de banda ancha con un dólar a $23 en junio, lo llevaron hasta los $24 en julio y recién en agosto lo harán al valor real. Si a esta altura, la cotización roza los $29, queda claro que el mayor impacto en la boleta del servicio se producirá entre este mes y el próximo.
"Algunos hemos definido una rampa de precios para que no se traslade todo en un mes. Con eso, los ayudamos (a los ISP) a bancar y armar un plan para que lo trasladen a pesos. Nosotros a nuestros carriers del exterior les giramos dólares", detalló a iProfesional una fuente proveniente de uno de los mayoristas de este negocio.
Los carriers son las empresas internacionales de telecomunicaciones con las que están conectadas sus pares locales para poder hacer circular el tráfico de Internet. Esa interconexión se cotiza en divisas estadounidenses. Fue así desde el inicio de los tiempos online.
Una bola de cristal empañada
Si en mayo los servicios se cotizaron con un dólar de $20,80 y por estos días el billete verde se mueve en los $28 y por momentos coquetea con los $29, ¿qué decisiones están tomando las empresas hacia adelante? Las posturas son diversas.
iPlan, la empresa que está ofreciendo una de las las propuestas comerciales más agresivas en cuanto a velocidad y precio de la banda ancha, decidió ajustar sus precios en julio.
La compañía venía manteniendo sus tarifas desde septiembre de 2016, cuando lanzó el servicio residencial iPlan Liv, pese a la inflación y al aumento del dólar que también se registró en este tiempo.
Así, el abono de entrada, de 150 mb, pasó a costar $999, mientras que el de 250 mb se ubicó en $1.199 y el de 500 mb, en $2.099.
Movistar, en tanto, decidió aplicar un aumento de 16% al abono de banda ancha de agosto. Un porcentaje también lejano al 40% promedio de suba que registró la divisa desde que se inició la corrida cambiaria de principios de mayo.
Desde Claro señalaron que los precios no se han modificado hasta ahora. Pero no fue posible saber si habrá retoques hacia adelante.
Para las principales prestadoras modificar los precios en el actual contexto del mercado de las telecomunicaciones no es sencillo. Por un lado, la competencia vía la convergencia se está abriendo de a poco. Y es por eso que ya se ve a Claro saliendo comercialmente con su oferta que combina televisión HD por fibra óptica más telefonía y banda ancha.
Mientras Movistar, con muy bajo perfil, continúa desplegando también sus redes de fibra óptica y preparándose para el lanzamiento de Movistarplay, que seguramente se produzca hacia finales de este año.
De modo que los "toques" en los precios se deben evaluar muy concienzudamente. Especialmente, porque todo puede cambiar. En la Argentina, y en las empresas de telecomunicaciones y de Internet.
Lo concreto es que, muchos proveedores están vendiendo a un precio a los consumidores finales pese a que pagan otro, más alto, a los mayoristas.
"El valor del mb en mayo estaba apenas por encima de los $20. A principios de junio se puso en $25 y continuó subiendo. No les puedo pasar todo este aumento a los clientes", admitió a este medio el dueño de una de las llamadas Pyme de telecomunicaciones, que brinda Internet en las localidades de las provincias.
ARSAT, que es la proveedora mayorista de gran parte de los ISP que operan en distintos puntos del país, está manteniendo el precio del mb mayorista, que cotiza a u$s14 desde marzo pasado cuando se anunció la reducción desde los u$s18 que venía costando.
Aun así, algunos proveedores están pidiéndole a la empresa estatal que vuelva a bajar ese costo. Desde ARSAT están atendiendo cada caso puntual para buscar soluciones concretas. Pero por ahora el precio se mantiene en el valor que rige desde hace cuatro meses.
Nadie quiere que el dólar continúe en alza. Al menos en el mercado de las telecomunicaciones.
La fuente consultada consideró que estos saltos tan abruptos descolocan a muchos ISP y que es necesario que los mayoristas les den tiempo para que puedan acomodarse. Justamente porque no hay espacio para trasladar todo ese incremento al usuario final.
Los consumidores argentinos, en tanto, resisten. Es posible que piensen en dar de baja el abono de TV paga (algo que está ocurriendo, aunque aún no de manera masiva) pero nunca en dejar de tener Internet.
Así lo dejaron entrever las empresas consultadas para esta nota. Cuando se les preguntó si habían sufrido alguna caída en la cantidad de abonados al servicio, la respuesta fue negativa en todos los casos.
Pero la situación de crisis está. Posiblemente dejen de ir una vez al cine, o se ahorren una salida a comer afuera. Pero no se les cruzará por la cabeza dar de baja el servicio de banda ancha. Como tampoco lo hicieron en el 2001 o cada vez que hubo saltos abruptos del dólar.
"Hay mucha demanda de Internet de alta calidad", reiteran en cada oportunidad los responsables de iPlan. Y la frase es compartida no sólo por otras compañías del sector sino también por el mismo Gobierno que repite como un mantra la tarea de llevarle conectividad a todos los argentinos.
Internet se volvió tan necesaria como el agua, como el gas, como la electricidad. Sirve para estudiar, para entretenerse, para trabajar. Y también está atada a la fluctuación del dólar.
Domar a la divisa es también ayudar a los distintos jugadores de esta cadena de valor, básica para la vida cotidiana, pero no totalmente satisfecha.
Fuente: iProfesional
Miércoles, 11 de julio de 2018
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