Política Marcos Peña, María Eugenia Vidal y Rodríguez Larreta analizaron el impacto político de la vuelta al FMI Los integrantes de la mesa chica del PRO evaluaron que la caída de imagen de Mauricio Macri podría arrastrarlos. Esperan más datos sobre las negociaciones con el Fondo.
La noticia no fue la reunión sino el contexto. Justo cuando Mauricio Macri se despedía de los primero cinco gobernadores que visitaron la Casa Rosada; en el despacho contiguo, el del jefe de Gabinete, se disponían a almorzar otros tres dirigentes poderosos del PRO: el anfitrión, Marcos Peña, la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
Aunque el diálogo entre los tres es permanente, se trató del primer encuentro de la mesa chica a solas, tras el punto de inflexión que representó el anuncio presidencial del pedido de un crédito al Fondo Monetario Internacional de este martes.
"Estuvimos juntos, pero no evaluamos ningún alcance. Recién empiezan las negociaciones", destacó uno de los comensales.
"Fue un análisis de coyuntura", especificaron allegados a uno de los vértices del triángulo de mayor confianza del Presidente. Sin embargo, evitaron dar precisiones. Por el anuncio del FMI, se había suspendido la mesa chica ampliada, donde también se sientan el secretario general de Presidencia, Fernando de Andreis, el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, y el jefe de Gabinete bonaerense, Federico Salvai.
La imagen de los tres dirigentes -que hace pocos meses, todos aventuraban que se disputarían la sucesión de Macri luego de 2019- están en caída desde antes de que comenzara la corrida del dólar.
La de la gobernadora -según la consultora M&F- cayó más que la del jefe de Gobierno, un detalle que niegan más allá de la General Paz.
"Todos caen, es normal", afirman.
Un encumbrado dirigente del macrismo -que no participó de la reunión- rechazó en la intimidad que la suerte de los tres dirigentes estuviera disociada de la del Presidente.
"Si le va mal a Macri, nos van a correr a todos", reflexionaba sin perder el humor.
El lunes por la mañana en Olivos, tres días después de que el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, anticipara un recorte de 25 mil millones de pesos en obras para poder cumplir con la nueva meta de ajuste que pasó de 3,2 a 2,7%, Larreta y Vidal se reunieron ese día con el Presidente, Peña y los vicejefes Mario Quintana y Gustavo Lopetegui para analizar el impacto en la obra pública que tocaría a los dos distritos.
Macri les anticipó que ninguna de las obras en marcha se vería comprometida, un mensaje que se repitió para todos los gobernadores.
En el Ejecutivo se apuraron en destacar que se daría marcha atrás con algunas obras que todavía no habían sido adjudicadas. Las obras que se cayeran serían cubiertas por el nuevo sistema de Participación Público Privado. Esa misma tarde, los dos referentes se sumieron a la mesa nacional de Cambiemos de la que no forman parte: en un gesto simbólico de apoyo al Presidente y a la coalición oficial.
Enseguida corrieron los trascendidos que hablaban de un recorte para este año en Provincia de $ 7.500 millones de inversión nacional. Desde el gobierno de Vidal lo negaron.
"Se analizó la situación nacional y provincial, de seguirá trabajando como desde el comienzo de la gestión con el objetivo puesto en la baja del déficit y no hay una definición ni ninguna confirmación sobre cuál será el recorte de la obra pública que no está iniciada. Lo que es seguro es que la obra que comenzó se va a a terminar", señalaron en la gobernación bonaerense.
Este viernes, el Presidente volverá a caminar con Vidal en el interior bonaerense: visitará Bragado. El martes por la mañana se habían mostrado juntos en el Conurbano, principal preocupación política y territorial del Gobierno.
Larreta, por su parte, tenderá un puente sólido con el Papa, que mantiene una relación sinuosa con el oficialismo. Inaugurarán juntos por videoconferencia la nueva sede de Scholas Occurrentes en el Barrio 31.
Fuente: Clarín
Viernes, 11 de mayo de 2018
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