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Policiales Investigan a policías por el teléfono usado para planear la fuga de la comisaría A la abogada Leticia Tortosa la acusan de haberle entregado un celular al preso que intentaron rescatar de la comisaría de San Justo. Creen que algún agente evitó requisarla para que lo hiciera.
La abogada Leticia Analía Tortosa (37) es la sexta detenida por el copamiento a la comisaría 1° de San Justo en el que fue baleada la sargento Rocío Villarreal (25). La acusan de ser quien le llevó escondido en su ropa interior el teléfono a Leandro Aranda (22) para que planeara la fuga desde su celda. Ahora la lupa está puesta sobre los policías que debían requisarla.
Tortosa fue arrestada en la noche del jueves en su casa de Basualdo al 1800, en Mataderos. Vive enfrente del taller mecánico en el que trabaja Gonzalo Fabián D’Angelo (22), uno de los detenidos sospechados de haber atacado la comisaría en la madrugada del lunes.
La abogada quedó imputada como partícipe de la “tentativa de homicidio agravada” de la que resultó víctima Rocío Villarreal. La fiscal del caso, Alejandra Núñez, sospecha que fue ella la que ocultó y le dio el celular a Aranda, preso por un crimen narco. La pista la habría aportado un detenido que estaba en el mismo calabozo y les contó a los investigadores que la abogada entró el teléfono “entre sus partes íntimas” y se lo dio al preso a quien luego cuatro asaltantes vestidos de policías intentaron rescatar a los tiros.
La declaración del preso fue cotejada con el libro de visitas de la comisaría, donde quedó asentado que el día en el que Tortosa fue a ver a Aranda coincidió con la primera conversación entre él y su novia Zahira Ludmila Bustamante (19), acusada de ser la ideóloga de todo.
Justamente esta joven escribió una carta en la que desmiente haber planificado el ataque. “Mi única culpa fue haberme enamorado de Leandro, que tenía miedo que lo mataran en un penal y que por eso yo le prometí, ‘quedate tranquilo’ mi amor que yo te voy a sacar”, expresó. Esa promesa, enviada por mensaje de Whatsapp, es una de las pruebas que más la comprometen hoy en la causa.
Según las pericias, el teléfono desde el que Aranda chateaba con Zahira se habría activado el mismo día que la letrada visitó a su defendido.
Al celular en cuestión lo encontraron en las requisas después del tiroteo. Pero no era el único. Había ocho teléfonos más en el calabozo de la comisaría 1° de San Justo.
Por eso ahora están en la mira de los investigadores los agentes que debían revisar a las visitas de los detenidos y hacer las requisas de rutina en el calabozo. La Auditoría de Asuntos Internos abrió un sumario, en paralelo a la causa judicial, para saber quiénes eran los responsables del control el día en el que Tortosa fue a la comisaría. Están analizando los libros de la seccional, los de visitas, los conteos y los cambios de turno hasta 60 días para atrás desde la fecha del tiroteo. La sospecha es que los nueve aparatos en el calabozo solo pudieron haber entrado gracias a una connivencia policial. También revisarán, junto a la fiscal, las filmaciones de las cámaras de seguridad de la dependencia. “La semana próxima estaríamos en condiciones de evaluar quiénes tendrían participación en haber incumplido con sus funciones”, dijo una fuente del caso a Clarín.
Con la detención de Tortosa ya son seis los detenidos por el asalto a la comisaría de San Justo en el que balearon a la sargento. Y aún siguen buscando a dos prófugos.
Fuente: Clarin
Sábado, 5 de mayo de 2018
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