Policiales La caída de un jefe policial por coimas El comisario Norberto Villarreal estaba a cargo de la seccional 35° hasta 2016, cuando lo imputaron y huyó. Ahora se entregó.
Es la pieza clave en una causa por corrupción que tiene procesado al primer jefe que tuvo la Policía de la Ciudad, José Pedro Potocar. Lo buscaron durante un año y medio por todo el país y se llegó a creer que nunca más iba a aparecer. Pero el comisario Norberto Federico Villarreal (51) se presentó este miércoles, como si nada hubiese pasado, en los Tribunales de Talcahuano al 500.
Villarreal era el jefe de la comisaría 35° cuando se descubrió que en los barrios de Núñez y Saavedra le cobraban “cuotas” a los comerciantes a cambio de seguridad y les pedían coimas a los “trapitos” para que los dejaran actuar, según la causa que lleva adelante el fiscal José María Campagnoli. Por esa investigación estuvo preso Potocar, quien en ese momento estaba al frente de la Dirección General de Comisarías de la de la Ciudad (y luego llegaría a jefe de la Fuerza). También fue detenido el comisario Guillermo Calviño, entonces titular de la Superintendencia de Seguridad Metropolitana y luego también titular de la Policía. Los dos recuperaron su libertad el año pasado.
Pero lo de Villarreal fue insólito. Cuando se conoció su imputación por corrupción, en lugar de separarlo de la Fuerza lo trasladaron a otra comisaría. El día que ordenaron su detención, en septiembre de 2016, alguien le avisó que un grupo de agentes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria estaba yendo a buscarlo a la seccional 47°, donde trabajaba. El oficial, que en ese momento estaba en un operativo en la calle, de repente se fue y nadie más lo vio. Prófugo de la Justicia, intentaron dar ubicarlo pero no hubo caso. Finalmente, fue él quién eligió el momento para aparecer. Y fue este miércoles, 19 meses después.
El comisario se presentó en el juzgado de Instrucción N° 14 en la mañana de ayer junto a sus abogados. El juez Ricardo Farías le presentó todas las pruebas en su contra por “ser jefe de una asociación o banda destinada a cometer delitos entre los que se destacan la recaudación ilegal dineraria”, que sería organizada por Potocar y la comisario Susana Amelia Aveni, según consta en el expediente al que accedió Clarín.
“Me voy a negar a declarar por consejo de mi defensor”, fue lo único que dijo el ex jefe de la 35°.
Los elementos que usó el fiscal Campagnoli para acusar a los policías incluyen un cuaderno con anotaciones como “Gusano”, “Cachorro”, “Gorda”, “Zona” y “DGC”; con números al lado de cada uno, al parecer para referirse al dinero que se repartían.
Los nombres “Gorda” y “Zona” habrían sido utilizados para referirse a la comisario Aveni, que en ese entonces era la jefa de la Circunscripción VII. Y “DGC” coincide con las siglas de la Dirección General de Comisarías, a cargo de Potocar.
Cerca de Potocar ven con alivio la entrega de Villarreal. “Ojalá que se haga cargo. Si el fiscal dice que la comisaría metía la mano en el bolsillo, que el jefe de la cara”, dijo a Clarín su abogado Christian Poletti.
Los investigadores pudieron comprobar que los policías pasaban a cobrar por al menos 37 negocios y empresas de Núñez y Saavedra. Sostienen que cada uno pagaba entre 1.000 y 3.000 pesos mensuales, en 2016. A algunos hasta les entregaban facturas truchas a nombre de la “Asociación de Amigos de la Comisaría 35°”.
Por el caso también fueron procesados los oficiales Hernán Antonio Kovacevich, Marcelo Stefanetti y Alberto José Codaro; y los agentes Sergio “Gusano” Ríos, Marciano “Cachorro” Quiroga, Alejandro Daniel Malfetano y Adrián Paul Otero.
Fuente: Clarín
Jueves, 26 de abril de 2018
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