Internacionales Hoy se votan convencionales constituyentes en Venezuela Se elige la Asamblea que debe redactar una nueva Carta Magna. Estrictas medi-das de seguridad, rechazo de la oposición, y presiones nacionales e internaciona-les acompañarán a los votantes. Se espera que el Consejo Nacional Electoral (CNE) informe los últimos detalles sobre la instalación de centros de votación que el viernes se había completado en 96%, según dijo la presidenta del organismo Tibisay Lucena. Las Fuerzas Armadas, que custodiarán con más de 200.000 efectivos los comicios, reiteraron que procurarán la continuidad del proceso y atenderán cualquier “amenaza” en este sentido haciendo “uso proporcional de la fuerza”.
El canal estatal VTV dedicó toda su programación a invitar a los venezolanos participar en este proceso que, según la fiscal general, Luisa Ortega, es rechaza-do por el 90% de los ciudadanos. Los opositores del jefe de Estado, Nicolás Maduro, afinan los detalles para las acciones de calle de este domingo, cuando se concentrarán en las principales arterias viales del país para expresar su repudio a la elección, en la que participarán sólo candidatos chavistas.
Decaimiento de las protestas
La jornada fue convocada por la dirigencia opositora como “la toma de Vene-zuela”, pero estuvo más lejos que nunca de llegar eso. Apenas lograron cubrir la plaza Altamira, feudo de la MUD en el este de Caracas. Unos cuantos adolescentes encapuchados y algunos cientos de manifestantes, exiguo ejército para plantearse tomar una ciudad, menos un país. Es cierto que la lluvia, fuerte por momentos, no colaboró, dispersando a la gente.
En el Chacao, bastión opositor del este de Caracas, las calles estuvieron esta semana como siempre bloqueadas, pero el número de manifestantes fue notoriamente menor que en otras ocasiones. La jornada de ayer puso en evidencia síntomas de agotamiento en un sistema de protestas que requiere energías enormes. Por cierto, no es el fin del conflic-to, que luego de la elección de este domingo entrará en otra fase. “Si hubiese sido una marcha, hubiese sido un fracaso, sin duda”, debió reconocer Freddy Guevara, vicepresidente de la Asamblea Nacional, declarada en rebeldía por el Tribunal Superior de Justicia.
Sin embargo, aunque en la capital aconteció este fracaso cuantitativo y cualitativo para la dirigencia opositora, en más de 50 de las 300 ciudades venezolanas hubo episodios de violencia, según informó la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena. “Este no es un problema de gente, es un problema de calidad polìtica. Llenamos autopistas, avenidas, hubo combates, la gente participó… Debe haber una fase superior de la lucha”, dice Gustavo Lemoine, uno de los cuadros intermedios de la movida.
Su discurso es el de la mayoría de la oposición, desde el militante de base hasta los principales dirigentes. “No hay negociación posible, las protestas termi-narán sólo cuando se vaya Maduro”. Por lo bajo, admiten que la elección de constituyentes tendrá lugar, y que eventualmente las protestas deberán retornar a su punto alto antes de que se reúna la Asamblea convocada por Maduro. Henrique Capriles, gobernador del Estado Miranda y unos de los princi-pales jefes de la derecha, dijo de todos modos que la movilización se mantiene, y que este domingo volverán a bloquear las autopistas y carreteras, aunque, extra-ñamente, aseguró que no intentarán impedir que la gente vote.
Una idea que se permea todas las filas opositoras, de arriba abajo y de izquier-da a derecha, es la de que hay sectores de la dirigencia que “dialogan” con el Gobierno. Y esa es probablemente una de las claves del fracaso de la protes-ta este viernes y sábado. Cualquier gesto puede interpretarse mal por los socios- adversarios que integran o están aliados a la MUD.
Así lo reflejaba uno de los jóvenes encapuchados que ayer armaban una de las barricadas cerca de la plaza Altamira: “Los dirigentes de la MUD no están ha-ciendo absolutamente nada, sólo farándula, no ayudan cuando más se les necesita. Se ve que han llegado a algún acuerdo. Esta semana era crucial y vino menos gente que nunca. Si no, no se explica en absoluto”, protestaba.
Y si mantener protestas permanentes por tiempo indeterminado es difícilmente sostenible, en condiciones de sospecha hacia los dirigentes se vuelve a la larga imposible. Hay gente que empieza a hartarse de los bloqueos permanentes, de las calles intransitables por la basura y los restos de barricadas incen-diadas, de los comercios –aunque sean chavistas—clausurados después de un saqueo. Los líderes de la MUD empiezan a pensar cómo manejar la frustración de los suyos mientras siguen clamando que el lunes seguirán en la calle.
La elección
Las urnas se abren hoy, aunque quizá no todas en los municipios del este de Caracas. Las protestas y las barricadas siguen, aunque por el momento sólo en los municipios del este de Caracas. Hasta aquí, sin novedades respecto de las últimas semanas. Este domingo, la elección de constituyentes inicia una nueva etapa.
El rechazo internacional que la Constituyente ha recogido de parte de EEUU y la Unión Europea se basa sobre todo en que estiman que cierra el camino a la mediación entre gobierno y opositores. Por la misma razón, esos estados no extreman su apoyo a dirigentes opositores como Leopoldo López, porque calculan que conduce el conflicto hacia su agotamiento, o hacia una escalada de violencia sin fin.
Esa actitud contenida de la llamada “comunidad internacional”, que trata de imponer una salida negociada, es reflejo también de la nueva división en la jefatura política de la derecha. Tal escisión se manifestó claramente en las consignas que ofreció a la votación simbólica del 16 de julio: una que llamaba a la intervención militar, y otra que proclamaba un gobierno de unidad nacional –evidentemente con aquellos militares que “intervinieran”. Es decir que a un tiempo proponía la posibilidad de choques entre fracciones militares, y por otro se ofrecía a formar gobierno con el bando vencedor.
La denuncia de que Maduro, mediante la reforma de la Constituyente pretende establecer una dictadura, anulando la única institución estatal que se le opone, a saber el parlamento nacional, es una posibilidad pero no un hecho. Casualmente, entre sus habituales bravatas, el oficialismo no incluyó nunca hasta ahora la amenaza de cambiar el régimen político. La propia TIbisay Lucena, presidenta del Tribunal Electoral y una de las figuras del chavismo-madurismo más convencidas, aseguró que la Constituyente podría “convivir” con la Asamblea Nacional en funciones.
Tal manifestación de “apertura” tiene múltiples causas, desde la crisis económi-ca a la pérdida de cuadros y de base de apoyo del régimen. Un caso ejemplar al respecto es el del diputado Hugo Carvajal, exjefe de contrainteligencia de Hugo Chávez, quien consideró que “la Constituyente no solucionará ningún problema de Venezuela, ni del gobierno”, y desde la mismísima CNN llamó “a evitar una guerra civil”, que supuestamente tendría lugar si el gobierno llevara a cabo su supuesto plan de establecer un partido único.
Por otro lado, el decaimiento de las movilizaciones de la MUD tiene lugar al mismo tiempo que se verifica el alza de la oposición al gobierno en las barria-das populares tradicionalmente chavistas como Catia, donde el paro de miércoles y jueves se sintió mucho más que lo esperado, pero sin ninguna presencia de la dirigencia derechista. Así las cosas, al menos una parte del electorado venezolano irá hoy a las urnas. Mañana, será otro día.
Fuente: Diario Norte
Domingo, 30 de julio de 2017
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