Polìtica Visiblemente cansado, Mauricio Macri buscó cumplir con los ritos del tedeum y se retiró a Olivos  Detrás de las vallas había gente que lo vivaba y esperaba que se acercara, pero se subió a la camioneta y los saludó de lejos. El Gobierno evaluó muy positivamente la homilía del arzobispo Mario Poli
Visiblemente cansado tras la larga gira por el otro lado del globo, y las consecuencias del apunamiento que lo afectó ayer en Quito, la ciudad capital de Ecuador que está a 2.700 metros sobre el nivel del mar, Mauricio Macri cumplió con todos los oficios de la vieja tradición del tedeum, inaugurada por la Primera Junta de gobierno el 25 de mayo de 1810, cuyos miembros se cruzaron a la Catedral para dar gracias, tal como lo recordó hoy el cardenal Mario Poli en su homilía.
El Gobierno buscó respetar todos los rituales. El Presidente llegó a la Catedral de Buenos Aires caminando y portando los atributos del mando presidencial, la banda y el bastón. Saludó desde lejos a la gente que se había acercado a participar de la ceremonia, que lo vivó con ganas. Pero no se acercó. Ya lo estaban esperando las autoridades eclesiásticas.
Ingresó para hacer el homenaje a la tumba del Libertador General San Martín e inmediatamente después se dirigió a los asientos que corresponden a la pareja presidencial. Escuchó atentamente las lecturas y, cada vez que el oficiante permitía sentarse, se aferraba a la mano de su esposa, Juliana Awada, como buscando refugio.
Fuente: Infobae
Jueves, 25 de mayo de 2017
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