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El interior Los incendios rurales mantienen en jaque a los bomberos Las condiciones climáticas adversas que soporta desde hace varias semanas la provincia provocan en las áreas urbana y rural de la ciudad termal incendios de pastizales, inducidos o accidentales, que ponen al límite la capacidad operativa de la unidad especial de bomberos que atiende también la demanda de otras localidades vecinas.
SAENZ PEÑA (Agencia) La primavera anticipada, con altas temperaturas y fuertes vientos del norte, después de las heladas de la estación invernal, genera las condiciones ideales para la propagación de focos ígneos en campos y baldíos urbanos. “En el transcurrir de la semana de calor e intensidad eólica, se contabilizan un promedio de seis intervenciones diarias para sofocar incendios de pastizales en el radio urbano y rural”, comentó el comisario Gustavo Perich, jefe de la unidad especial de bomberos de la Policía del Chaco en Sáenz Peña.
El arduo trabajo del departamento de bomberos comienza, con mayor nivel de alerta, después de la media mañana acrecentándose el peligro especialmente en horas de la siesta, momento en el que se intensifica la velocidad del viento. “A la vera de la ruta se puede observar hoy los vestigios dejados por el fuego que en ocasiones se nos descontrola por la acción del viento que propaga en segundos los incendios en las áreas rurales, alcanzando montes lindantes a las banquinas y lo que pueda existir de sembrados”, menciona la autoridad policial. En el avance de los focos ígneos, la cobertura de los lotes de siembra directa son combustible para la inmediata propagación de las fogatas que, además de quitar protección a los suelos, provocan daños económicos al sector agrícola que sigue perdiendo por la sequía.
“Las precauciones deben ser extremas ante las continuas jornadas de viento intenso que debe soportar particularmente la zona de Sáenz Peña y todo el área de cobertura de la unidad que comprende también las jurisdicciones de La Tigra, Avia Terai, Quitilipi y Tres Isletas”, refirió el comisario Perich que imploró por prudencia en las acciones de “los que transitan por las rutas y los vecinos de la ciudad que cometen el error de quemar basura”. En este contexto, el aspecto positivo es que “el fuego no provocó daños en los vecinos o el personal del cuartel, solamente son quemazones de pastizales que pudieron sí perjudicar los postes y alambrados de algunos campos”.
Prohibición de las quemas rurales
La emergencia por la seca que atraviesa todo el territorio provincial generó la prohibición de las quemas de pastizales en los campos, inclusive de aquellas que se realizaban bajo el fundamento del control del área a quemar. “Si los ciudadanos observan que algún vecino está generando una quema en la zona rural, aun con la construcción de caminos cortafuegos que pretenden lograr un foco ígneo controlado, debe realizar inmediatamente la denuncia o el aviso porque la acción está prohibida por la emergencia que atraviesa toda esta parte del país”, pidió el jefe de la unidad especial de bomberos.
La provocación de fogatas es utilizada particularmente en lotes rurales para que las pasturas, quemadas por las heladas, se renueven, pero las ráfagas del cambiante viento que rota entre el norte y sur no aseguran que el fuego pueda ser controlado y su propagación, fuera de los límites prefijados, puede generar incendios que se hace difícil sofocar.
A la metodología de fuego inducido, se añaden los peligros de una colilla de cigarrillo o de un tizón mal apagado en un campamento, que pueden ser también accidentalmente los desencadenantes de incendios rurales.
Fuego en la ciudad
Las intervenciones del cuerpo de bomberos no son exclusividad del área rural, también los descuidos en la ciudad provocan serios inconvenientes en los distintos barrios.
“Los vecinos, para combatir la problemática de la propagación de la población de roedores y reptiles, queman los pastizales de terrenos que no tienen el cuidado de sus propietarios y por el viento el fuego puede descontrolarse afectando viviendas, lo que genera diariamente varias intervenciones en los distintos puntos cardinales de la urbe”, remarcan desde bomberos.
En este punto, el personal de la fuerza de seguridad recalca que “muchas veces el ciudadano, por querer limpiar con fuego un baldío, pone en peligro hasta su propia vivienda”. “En los últimos días, por el fuerte viento y la ausencia de humedad, fueron varios llamados simultáneos que recibimos desde populosas barriadas y lamentablemente no podemos acudir a sofocar todos a la vez”, mencionó Perich que insistió en recomendar al vecino que se abstenga de iniciar fogatas con las condiciones climáticas actuales que favorecen la propagación de los incendios.
“Otro grave problema son los aserraderos que, para limpieza, queman el aserrín y ponen en peligro las maquinarias de trabajo porque se les descontrola el fuego ante las intensas y cambiantes ráfagas”, acotan.
Guardia rural y urbana
El promedio de intervenciones diarias de la unidad especial de bombero de Sáenz Peña no baja de las seis por día, y se pueden registrarse mayor cantidad de focos ígneos que por la simultaneidad no alcanzan a ser controlados por el limitado y único cuartel de la segunda ciudad del Chaco.
La unidad de Sáenz Peña, que es parte de la Policía provincial, posee dos autobombas y en el caso de registrarse siniestros en el área rural solamente actúa una ya que la ciudad no puede descuidarse y siempre la guardia debe estar atenta a salvar cualquier emergencia dentro de la zona urbana.
“Una dotación queda siempre resguardando a la ciudad y la otra sale a intervenir en otras jurisdicciones que requieran refuerzo o en los campos de la zona; son dos autobombas, un tanque y una guardia permanente de tres hombres. “En nuestra jurisdicción conocemos cada sector y sabemos dónde hay viviendas, en consecuencia cuando ocurren episodios simultáneos nos abocamos a la prioridad que es el área habitada”, comentó Gustavo Perich. El jefe de la unidad de bomberos mencionó que “Defensa Civil de la provincia mantuvo comunicación y se puso a disposición del cuartel para las emergencias que pudieran desbordar la capacidad de atención que tiene el cuartel local”.
Con más voluntad que disponibilidad, la realidad es que con las condiciones climáticas reinantes -viento norte o sur pero siempre con ráfagas peligrosas, temperaturas elevadas- y suelo seco no son pocas las ocasiones en las que el personal de la unidad se ve desbordado por los focos ígneos simultáneos que se suceden. Y hasta que las lluvias no hagan su aporte, el trabajo de los bomberos con base en Sáenz Peña será arduo ya que también les cabe la responsabilidad de cuidar de una amplia zona que comprende desde Machagai hasta Avia Terai y desde La Tigra hasta Tres Isletas.
Fuente: Diario Norte
Miércoles, 8 de agosto de 2012
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