La creciente trajo un espectáculo de cardúmenes en la costa correntina
El río sigue creciendo y las “mojarras” invaden la punta San Sebastián en busca de comida.
Un espectáculo poco habitual se ve por estos días en la costa correntina, la corriente trae cardúmenes en busca de comida hasta la costa San Sebastián y a lo ancho de todo el río Paraná.
Las “mojarras” remontan el río al paso de embarcaciones y también en los bordes de la costanera, donde peatones y pescadores presencian uno de los giros que trae la naturaleza cuando la altura del hidrómetro marca los 7,06 metros en el puerto de Corrientes y las lagunas y reservorios se encuentran totalmente colmados.
El río pierde sus orillas. El agua anega campos y, por lo tanto, los peces pequeños ingresan a comer insectos, ranas, culebras y otros pequeños animales que antes no tenían a mano.
Además, los alevinos de los dorados encuentran también refugio en las nuevas aguas bajas que se forman en las veras de los ríos. Aprovechan en esos lugares playos dos factores a su favor: la falta de correntada y de peces que los puedan engullir cuando son tan chicos. Si la creciente, entonces, acompaña el desove, sucede como en el 2010 cuando maravillosamente y por un par de temporada hubo dorados como nunca antes se había visto en la cuenca del Paraná Medio, Inferior y hasta en el río de la Plata.
Para que tan buena dispersión tenga lugar se precisa que la creciente dure muchos días. Si sube de repente y se diluye con la misma velocidad, los peces no tienen ni tiempo de acomodarse a los nuevos lugares y su diferente presión de agua.