Confirman que el módulo Schiaparelli se estrelló contra Marte
Se estrelló tras tener "una caída libre más larga de lo previsto" y pudo haber explotado al impactar contra el suelo, confirmó la Agencia Espacial Europea (ESA). Una imagen reveló el fatal desenlace.
El módulo Schiaparelli de la misión ExoMars, que el miércoles entró en la órbita de Marte para descender sobre la superficie, se estrelló tras tener "una caída libre más larga de lo previsto" y pudo haber explotado al impactar contra el suelo, informó la Agencia Espacial Europea (ESA) a partir de unas imágenes obtenidas por un satélite estadounidense.
La ESA estima que Schiaparelli "cayó desde una altura de entre dos y cuatro kilómetros, impactando a una velocidad considerable, superior a 300 kilómetros por hora", según informó en un comunicado.
Las fotos, tomadas este jueves por una cámara de baja resolución del satélite Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) de la NASA, muestran dos nuevas marcas en la superficie del planeta rojo que "se cree están relacionadas" con el Schiaparelli, ya que no aparecían en otras imágenes obtenidas en el mismo lugar en mayo pasado, informó la ESA en un comunicado.
Una de esas marcas "es brillante y se puede asociar con el paracaídas de 12 metros de diámetro utilizado en la segunda etapa de descenso de Schiaparelli, después de la entrada inicial con el escudo térmico", precisó la agencia.
El paracaídas y el escudo fueron desacoplados del módulo antes de la fase final del descenso, durante la cual sus nueve retropropulsores deberían haber disminuido la velocidad casi hasta un punto muerto, justo por encima de la superficie.
"La otra novedad es una mancha oscura más o menos difusa de 15 x 40 metros de tamaño y cerca de un kilómetro al norte del paracaídas. Esto se interpreta como el resultado del impacto del propio módulo Schiaparelli tras una caída libre de mucho más tiempo del previsto, después de que los propulsores se apagaron antes de tiempo", indicó la Agencia.
Según detalló en el comunicado, se estima que Schiaparelli "cayó desde una altura de entre dos y cuatro kilómetros, impactando a una velocidad considerable, superior a 300 kilómetros por hora".
"El tamaño relativamente grande de la marca podría entonces surgir de material perturbado de la superficie. También es posible que el módulo de aterrizaje explotara en el impacto, ya que los tanques de combustible de los retropropulsores probablemente estuvieran aún llenos. Estas interpretaciones preliminares se perfeccionarán tras un análisis adicional", comunicó la ESA.
En tanto, la próxima semana el MRO tomará imágenes de mayor resolución de la zona que podrían revelar la ubicación del escudo térmico, desacoplado a una altura mayor.
Dado que la trayectoria del módulo durante su descenso fue observada desde tres puntos diferentes, "los equipos están confiados en que serán capaces de reconstruir la cadena de eventos con más precisión", continuó la ESA, y afirmó que la anomalía del Schiaparelli aún está bajo investigación.
El módulo estaba programado para realizar una secuencia de descenso con el despliegue de un paracaídas y un escudo térmico a entre 11 y 7 kilómetros de la superficie de Marte, seguido de cohetes retropropulsor que se activarían a 1.100 metros del suelo y una caída final desde una altura de 2 metros, con la protección de una estructura deformable.
"Todo el descenso de Schiaparelli dura unos seis minutos. La ESA tiene información telemétrica de lo que pasó en los primeros cinco minutos, en los que todo funcionó en tiempo y forma. El tema es que perdieron la señal faltando aproximadamente 50 segundos. Lo último que registran es que los paracaídas se desplegaron y luego los primeros tres segundos de las retropropulsores", señaló en diálogo con Télam el astrofísico de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Diego Bagú.
El director de Gestión del Planetario platense subrayó la dificultad de la maniobra al precisar que en esos seis minutos el módulo debía frenar de los más de 20.000 kilómetros por hora a los que entró en la atmósfera de Marte a casi 0.
Por eso iba equipado con "tres sistemas de frenado: primero la fricción térmica, para lo que tenía el escudo térmico. El segundo es el paracaídas, y el tercero son los retrocohetes".
Si bien ya son siete las misiones que lograron descender con éxito sobre Marte, todas corresponden a la NASA y la ExoMars buscaba ser la primera europea, entre otras cosas con "la idea es desarrollar todo un programa que les permita aprender cómo aterrizar en Marte en 2020", continuó Bagú.
En ese año la ESA tiene previsto enviar una misión doble, compuesta por una estación fija y un rover que pueda recorrer y perforar hasta dos metros, donde "se cree que pueda haber agua".
De todas formas, la misión no se considera un fracaso ya que junto con el Schiaparelli viajó el Orbitador de Gases Traza (OGT), una satélite que logró entras correctamente en la órbita del planeta rojo para estudiar el metano de su atmósfera.
"En la Tierra la mayor parte del metano es de origen biológico. Encontrarlo en Marte abre conjeturas respecto de cómo se produce, si por procesos biológicos o geológicos", sostuvo Bagú.
El orbitador busca "analizar la distribución del metano y por otro lado ver si esa distribución cambia con las estaciones climáticas. Porque la inclinación de Marte es similar a la de la Tierra. Quizás esas estaciones hacen que el metano también varíe. Por eso lo más importante es lo que va a hacer el orbitador", afirmó.